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La acusada, ante el juez, en los tribunales de Langreo. M. V.
La fiscal dice que la acusada de no pagar la lotería de un club es una «estafadora profesional»

La fiscal dice que la acusada de no pagar la lotería de un club es una «estafadora profesional»

D. M. P., según dijo, tiene tres condenas por estafa y una por usurpación de identidad para la compra de un vehículo. La imputada asegura que «necesitaba el dinero»

MARTA VARELA

LANGREO.

Viernes, 15 de diciembre 2017, 00:51

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La expresidenta de un club de fútbol 7 de Oviedo vendió en 2016 lotería de Navidad por valor de 1.928 euros que, al parecer, nunca abonó a la administración donde la adquirió. Ayer, prestó declaración en el juzgado de Langreo. Se enfrenta a una pena de un año de prisión y a devolver el dinero presuntamente estafado. La acusada D. M. P. explicó al juez que «lo utilicé yo porque lo necesitaba» pero la fiscal aclaró que «nos encontramos ante una estafadora profesional». En sus conclusiones, indicó también que aunque no son computables D. M. P. tiene tres condenas por estafa y una por usurpación de identidad para la compra de un vehículo.

Unos antecedentes que minutos antes de iniciarse el juicio eran compartidos por un vecino de Langreo que acudió al juzgado para explicar que la acusada, su marido y sus dos hijos «viven de estafar a la gente» y relató cómo tuvieron problemas en La Felguera con los alquileres de varios pisos que «no pagaron», con otra presunta estafa «a las trabajadoras de un supermercado en la calle Pedro Duro con la lotería, en una cafetería y en dos talleres de coches».

La Fiscalía negó así que como se pretendió hacer ver desde la defensa y con el relato de la acusada, «sea un caso de extrema necesidad». Según el fiscal, «cuando entró en la administración sabía desde el primer momento que se iba a quedar el dinero».

Y es que en su declaración, la acusada relató que «en octubre nacieron tres nietos y tenía que ayudar a mis hijos». Una situación desconocida para la Fiscalía y la acusación que defendía a la administración de lotería con la que mantiene la deuda. Con anterioridad, había manifestado que «tuve una mala situación con mis hijos desempleados y tuve que usarlo».

Sus explicaciones no convencieron a la Fiscalía ni a la acusación particular que pidieron, al finalizar la sesión, que la acusada fuese condenada por un delito de estafa o de apropiación a un año de prisión, abono de las costas y a abonar la correspondiente indemnización a la titular de la administración de lotería, 1.928 euros más los intereses legales. La defensa pidió la absolución al entender que no hubo estafa.

D. M. P. vivía en 2016 en Blimea y, junto a su marido, dirigía al equipo de la liga de fútbol 7 Distrito XIII de Oviedo, del que era presidenta. En septiembre de ese año acudió a la administración de lotería de Blimea, de la que era clienta, para adquirir los boletos para vender en el club y sacar algún dinero para ayudar al equipo. En la administración, le hicieron participaciones por valor de 3.000 euros que D. M. P. se comprometió a devolver antes del sorteo pero que no hizo así.

Tanto la propietaria de la administración como la empleada de la misma explicaron ante el juez que ante la falta de noticias se la llamó en repetidas ocasiones, hasta que se personó en la administración el 15 de diciembre indicando que «no iba a pagar porque no tenía el dinero». Un día más tarde, según las loteras, la propietaria volvió a quedar con ella para intentar reparar la deuda y darle oportunidad de abonar las papeletas vendidas, «aunque fuese poco a poco, pero insistió en que estaba mal y no podía pagar porque se había gastado el dinero». Una situación que derivó en una denuncia ya que la administración tuvo que hacer frente a los 1.928 euros.

En ese época, D. M. P. explicó que vivía de la pensión de su marido, unos 1.000 euros y que ayudaba a sus hijos desempleados. El juez le recriminó que además pagase los gastos del equipo de fútbol 7 y no abonase aunque fuese «poco a poco» el dinero a la administración. Tampoco entendió como, con posterioridad, no intentó arreglar las cosas devolviendo la deuda máxime cuando su situación actual ha variado ya que la pensión de su marido supera los 1.500 euros y ella trabaja en el bar La Cazuela, en el barrio de Serrallo, en Sotrondio.

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