«Para fortalecerse, la mutualidad tiene que dirigirse a otros sectores de la industria»
Juan José González Pulgar, presidente saliente del Montepío de la Minería ·
«Sabía que las cuentas nada tenían que ver con la realidad, pero la corrupción fue una sorpresa. Ahora la entidad está saneada»ALEJANDRO FUENTE
OVIEDO.
Viernes, 27 de mayo 2022, 01:07
Muestra su escritorio con una montaña de papeles mientras sonríe de forma traviesa: «Esto es lo que le espera al sucesor». Juan José González Pulgar ( ... 1953, Pola de Lena) no puede esconder que sus ocho años al frente del Montepío de la Minería han sido «intensos». El próximo 10 de junio tendrá lugar la asamblea de despedida y el lunes 13 se nombrará nuevo responsable de la entidad. Afirma que se marcha «satisfecho» con el legado que deja tras superar una complicada situación. Asegura que lo «ideal» es una sola candidatura.
-¿Cuál es su balance?
-La mutualidad estaba en quiebra financiera que no se reflejaba. Había una deuda hipotecaria de más de 17 millones de euros. Y varias de las empresas se encontraban en pérdidas estructurales. Nos encontramos con desánimo empresarial, no había proyecto. Y estaba la sombra la corrupción revoloteando ya en aquellos momentos que no dejó de ser una pesada losa. La situación ahora es totalmente distinta. La entidad está saneada, con unos resultados positivos este ejercicio por encima de los 850.000 euros. Todas las empresas tienen ahora resultados positivos. Hemos amortizado 5,3 millones de esa deuda hipotecaria y estamos afrontando inversiones a buen ritmo para la modernización de las sociedades.
-Cuando entró, ¿se podía imaginar los problemas de corrupción?
-No, en absoluto. Fue una sorpresa. Lo que se adivinaban eran los números, la mala situación de la entidad. Las cuentas que se presentaron entonces nada tenían que ver con la realidad. Había unos resultados negativos reales de más de 600.000 euros. Ese dato lo conocía. Lo otro, fue una desagradable sorpresa para todos.
-Tuvo que afrontar decisiones complicadas.
-Lo primero fue ofrecer una gestión muy transparente. Luego, había cuestiones que había que corregir, como la gestión del personal. Había que acabar con el nepotismo.
-¿Cree que se ha recuperado la imagen del Montepío?
-Considero que sí. En estos momentos, contamos con una buena base de partida, con una entidad que está totalmente saneada. Tenemos un modelo definido y la fundación va a jugar un papel muy importante de futuro.
-¿Quedan losas?
-Está casi todo despejado. Quedan los expedientes judiciales, que esperemos una pronta resolución. Creemos que pronto se resolverá el problema del Tribunal de Cuentas. Y queda el 'caso Hulla'. En breve se podrá cerrar la instrucción -queda una pericial- y se podrá abrir el juicio oral.
-Esto ha sido muy largo.
-Los primeros indicios que tenemos del 'caso Hulla' parten de 2013, cuando se empiezan a tener noticias del proceso de regularización de José Ángel Fernández Villa y José Antonio Postigo un año antes,
-¿Teme la resolución del Tribunal de Cuentas?
-No. Tenemos buenas sensaciones. Es un escollo que podemos salvar.
Efectos del virus
-Y llega una pandemia que afecta a la mutualidad.
-Lo trastocó todo. Nos generó una situación complicada. Pero fundamentalmente tuvimos que declarar una lucha a muerte al virus en la residencia geriátrica de Felechosa. El comportamiento y compromiso de los trabajadores fue esencial.
-El centro ha marco un hito con una ocupación total.
-Efectivamente. Partíamos de una situación complicada: la residencia tenía pérdidas en su inicio de 1,2 millones de euros. Y el número de residentes era de 77. Se definió el proyecto y ahora está al completo con 220 usuarios.
-Se homenajeó recientemente a Gabriel Pérez Villalta, alcalde que impulsó el proyecto.
-Lo pasó mal con este asunto. Desde mi punto de vista, no debería estar implicado en el 'caso Hulla'. Tampoco Rafael Virgós, uno de nuestros asesores.
-¿Y el futuro?
-Hay retos que tenemos que afrontar. Lastramos una pérdida de masa social por efectos del envejecimiento y de los fallecimientos. Hemos frenado la caída. Sigue siendo lenta, pero permanente. A finales de 2021 sumamos 8.800 mutualistas, de los cuales casi el 20% son familiares y, de ellos, tienen un papel importante las mujeres. Cuando entré, había 12.000. Una buena masa serían 10.000. Hay una cuestión que hay que plantearse: ¿por dónde abrimos el Montepío? Primero fue por los familiares, pero es insuficiente. Nuestros socios protectores son los sindicatos mineros, pero ahora son federaciones de industria y acogen a trabajadores de muchos sectores. La mutualidad tiene que dirigirse por ahí, en abrirse a ese espacio para fortalecer la entidad. El futuro mutualista no será minero. La alternativa sería ser los más ricos del cementerio. Eso no significa renunciar a nuestras raíces y que tampoco se va a perder el control de la mutualidad.
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