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En la ladera norte de La Matona, perteneciente al concejo de Langreo, se pueden observar los cortes en el terreno de la antigua explotación a cielo abierto de la Mozquita. PARDO
Las heridas que dejaron las minas a cielo abierto

Las heridas que dejaron las minas a cielo abierto

Los vecinos recuerdan los daños económicos y ambientales, como la pérdida de especies autóctonas y acuíferos

alejandro l. jambrina

Sábado, 4 de agosto 2018, 19:17

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El pasado domingo, 22 de julio, se celebró el Día Internacional Contra la Minería a Cielo Abierto, fecha señalada en la que algunos vecinos y activistas quisieron recordar las huellas dejadas por este tipo de explotaciones en las comarcas mineras, señales que aún duelen hoy en día y que han dejado marcados, no solo los terrenos, sino a quienes sufrieron sus consecuencias de forma más directa.

Nacho Martínez y José Cases fueron dos miembros muy activos de la conocida como Mesa contra las explotaciones mineras a cielo abierto, que desde principios de los años noventa lucharon en contra de este tipo de yacimientos en las Cuencas, llevando su causa contra Hunosa a los tribunales en diversas ocasiones. «Debemos recordar que la mesa se constituyó porque los vecinos veíamos lo que se avecinaba con los proyectos que Hunosa estaba planteando a principios de los noventa y no podíamos dejar que actuase libremente. Éramos gente de aquí e incluso sindicatos, que entendíamos que se avecinaba un problema ambiental, social y laboral», recuerda Martínez.

«Tonelada de carbón que se extraía a cielo abierto era una tonelada que se dejaba de sacar de las explotaciones de interior. Además, este tipo de explotaciones usaban mano de obra barata y unas condiciones precarias. De ahí su supuesta rentabilidad», señala Cases. La mesa estuvo en activo hasta el año 2009 y durante su trayectoria abrió diversos conflictos judiciales. Entre ellos, se acusó a la empresa minera de no contar con los permisos municipales pertinentes para el uso de los terrenos. «De ahí que las expropiaciones que se hicieron a los vecinos de las zonas afectadas fuesen ilegales también», denuncia Martínez.

Rechazo a que se recuperen

Una de las explotaciones que dejó mayor huella en las Cuencas fue la de La Mozquita y La Matona. En su cara norte, perteneciente al concejo de Langreo, aún se pueden observar los cortes en el terreno, que modificaron la ladera de forma severa. Ángel Luis Rubio es vecino de Rioturbio y también participó en la mesa contra las explotaciones. Para él, «la huella que dejaron estos proyectos fue terrible, afectó a los vecinos de muchos pueblos, obligó a vender sus propiedades por cuatro duros e incluso hubo gente que tuvo que abandonar sus casas debido a los desperfectos ocasionados por corrimientos de tierra o explosiones».

La ladera sur de La Mozquita pertenece al concejo de Mieres y en ella se pueden observar las pistas que cubren los restos de la explotación. En ella se pueden ver multitud de árboles frutales que se plantaron en un proceso de restauración que, para los vecinos, fue «un verdadero desastre». «Hay que entender que cuando Hunosa se comprometió a restaurar los terrenos afectados, lo hizo para devolverlos a su estado inicial, pero no fue así. Se perdieron multitud de especies autóctonas o acuíferos. En Mieres solo queda el Manantial de Las Siete Fuentes, cuando llegó a haber hasta treinta en la zona», lamenta Rubio.

Según los afectados, esta restauraciones son «unos parches» a bajo coste. «Si se hubiesen hecho las cosas bien, no habría sido tan rentable como nos vendían. Lo que pasa es que no cumplieron con la ley y se olvidaron de los perjuicios que iban a ocasionar al terreno y a los propios vecinos», añade Martínez.

Algunas declaraciones hechas desde la anterior presidencia de Hunosa han vuelto a alarmar a los vecinos de la zona. «Parece ser que desde la empresa han manifestado el interés por volver a desarrollar este tipo de explotaciones, vendiendo que es una alternativa de futuro tras el cierre inminente de los pozos. Incluso han pedido que les amplíen los plazos para estudiar estos proyectos», explica Rubio.

Por su parte, Martínez lo tiene claro, «no tiene sentido que vuelvan a insistir con proyectos de esta índole, que solo pueden ser perjudiciales y no sacarán ningún beneficio. Es muy doloroso que lo que vaya a quedar de la minería sea la historia de los fraudes y las consecuencias negativas, y tape la memoria de quienes trabajaron tan duro y de forma honrada».

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