Langreo despide al histórico comunista Benigno González: «Era carbón y dinamita»

«'Benino', como buen hijo de las huelgonas del 62, era carbón y era dinamita. Con su ejemplo alumbró un futuro mejor, democrático, con derechos y libertades. Y, después, siguió peleando por mejorar las condiciones de trabajo de sus compañeros a través de la negociación de convenios colectivos y de movilizaciones, por el futuro de las comarcas mineras. Dio la batalla hasta el último aliento por un Langreo mejor».

Eran palabras del secretario general de CC OO Asturias, José Manuel Zapico, en el acto de despedida de un «compañero y amigo», Benigno González, quien fallecía en la mañana del sábado a los 78 años. «No seríamos lo que somos hoy si no le hubiésemos seguido a él. Pertenecía por derecho propio a esa estirpe de mineros que con sus piquetas demostraron que se podía derribar la larga noche del franquismo y traer luz a un país que vivía en tinieblas», añadía el líder sindical.

«En todas partes lo encontrábamos con su mano y su corazón, porque su vida militante le empujaba a la movilización constante, para transformar y mejora la vida de sus vecinos. Por eso era fácil seguirlo, porque siempre estaba», afirmaba Zapico.

Benino fue líder sindical, pero también ayudo a sostener otros pilares de la lucha obrera. Uno fue el político, militando en el Partido Comunista y en Izquierda Unida. Fue coordinador general de la coalición en Langreo y concejal en este Ayuntamiento. Quien fuera consejera del Principado y reciente Medalla de Asturias, Laura González, quiso destacar que «era una persona imprescindible». Para reforzar estas palabras, señalaba a la sala del tanatorio de Sama y decía: «Mire toda la gente que hay aquí». Era mucha; dirigentes sindicales, alcaldes de las comarcas mineras –entre ellos Aníbal Vázquez (Mieres) o Maximino García (Morcín)–, responsables políticos de diversos colores y, sobre todo, vecinos de Riaño, el tercer de los pilares que ayudó a levantar y a sostener.

«Riaño tiene mucho que agradecerte», decía entre sollozos y mirando al féretro –cubierto con la bandera comunista y de CC OO– la actual secretaria del colectivo vecinal, Susana de la Fuente. Benino, recordaba, trabajó codo con codo con su mujer, Fili Gil, para dotar de servicios a un núcleo que nació sin nada, solo había viviendas. «Con trabajo lograste lo que hoy es Riaño».

Muy afectado, pronunció unas palabras quien fuera alcalde del concejo y compañero en el partido, Jesús Sánchez. «Trabajar con Benino era, en algunos momentos un dolor de muelas y casi siempre una satisfacción. Su grado de exigencia y compromiso hacían que la relación fuese de todo menos tranquila». Recordaba que «detrás esa aparente hosquedad, había un oso de peluche con un corazón que no le cabía en el pecho. Por cierto, no le gustaba eso de oso de peluche». Presidente de la Asociación de Vecinos de Riaño, concejal en el segundo mandato de José María García, coordinador de Izquierda Unida en Langreo, «siempre en la batalla, siempre con el compromiso, siempre con los trabajadores, siempre con los más débiles», clamaba Sánchez.

Tras el acto, el cuerpo de Benigno García fue trasladado al cementerio de su pueblo, a Riaño, donde recibió sepultura.

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