Una marcha a pie contra «el negro futuro» de la línea ferroviaria Gijón-Laviana

El diputado y responsable de infraestructuras de la formación, Ovidio Zapico, criticó «la parálisis y el abandono de la red ferroviaria» e incidió en que «estamos perdiendo el pulso por completo al ferrocarril. Como paradigma, señaló el diputado, el soterramiento de Langreo, paralizado a pesar de las ingentes inversiones realizadas y las promesas continuadas o las carencias en la línea férrea Laviana-Gijón.

Mientras, el portavoz de la plataforma por el soterramiento de Langreo, David García, reprochó no sólo los incumplimientos en el proyecto para la eliminación de la barrera ferroviaria sino también la gestión de la línea Laviana-Gijón que, advirtió, «tiene un negro futuro». Y es que, continuó, «no se están realizando labores adecuadas de mantenimiento, ni de trazado, ni en las estaciones, ni tampoco en el material rodante».

Para la plataforma, es «escandaloso» que, tras un gasto en las labores de soterramiento de 100 millones de euros -inicialmente se habían presupuestado 50- el proyecto siga inacabado lo que, a su juicio, pone en riesgo la propia línea ferroviaria pues, explicó García, «sin soterramiento no hay futuro para la línea Gijón-Laviana».

Los vecinos urgen que se concluya de una vez la obra de soterramiento, pero el portavoz del colectivo pidió cautela. «Estamos a favor de que se desarrolle la obra, faltaría más; estamos a favor de que se firme el convenio pero no a cualquier precio». García criticó el silencio municipal respecto a la ausencia del Ministerio de Fomento en el nuevo convenio para la ejecución de la obra, a pesar de que inicialmente este departamento, representado entonces por la ministra Magdalena Álvarez, era una parte más en el acuerdo para el desarrollo del proyecto. «Es muy grave que un organismo público que en el año 2007 firma, junto a las otras administraciones y Adif, un convenio, desaparezca de la noche a la mañana».

La plataforma coincide con Unidas por Llangréu al catalogar el convenio que se pretende firmar como «un instrumento electoralista, ya que se desechó antes de las elecciones de mayo y ahora se acepta».