Marta Rama y Nelson dos Anjos, vidas ocultas tras cortinas de mentiras

No se buscan entre ellos ni hay cruce de miradas a pesar de estar a dos metros de distancia. Sentados en la sala de vistas, escuchan las declaraciones de testigos e investigadores durante las primeras cuatro jornadas del juicio por el crimen de Iván Castro -en La Felguera, en diciembre de 2017- que se celebra en la Audiencia Provincial. ¿Qué se esconde en el interior de sus mentes? Solo ellos lo saben. Pero hay diferencia de actitudes entre ambos.

El autor confeso de los tres disparos que acabaron con la vida del joven langreano, Nelson dos Anjos, apenas eleva la mirada. Perece que ni escucha. Daba igual lo que se dijera en la sala. Marta Rama -presunta inductora del crimen de su novio- fue la primera en declarar ante el jurado popular respondiendo solo a las preguntas de su letrado, Sergio Herrero. Quien mantenía una relación amorosa paralela con Nelson le culpó a él de todo. Dijo que ella era una víctima, que estaba siendo maltratada por Iván Castro y que su amante actuó por cuenta propia. A pesar de ello, se fue a vivir con él tras el crimen. La tachan de fría y manipuladora, que hace lo que quiere con los hombres. Los investigadores relatan que llegó al escenario del crimen, un garaje donde Iván guardaba su vehículo, y ella no lloró.

Nelson también tuvo que escuchar que Marta mantuvo relaciones con otros hombres en lo que era ya algo más que un triángulo amoroso. Al menos dos más. «Me enrollaba con ella en la panadería que regentaba, besos y tocamientos. No seguimos porque aparecía por allí el taxista (Nelson)», decía uno de ellos. La acusada mantenía todo oculto. «No la conocía nadie en La Felguera», donde vivía. «Estando con Iván, apenas quedaban con amigos y no dejaban que le sacasen fotos», aseguran desde la familia de la víctima. «Cariño, se acabó mi vida sin ti, espero por lo menos haberte hecho feliz. Te amo. Siempre juntos. Nunca te olvidaré»; fue el mensaje que escribió ella el 9 de diciembre de 2017 en el libro de condolencias de su pareja.

Solo acepta una culpa, la de haber encubierto el crimen de Nelson dos Anjos. Marta mantiene una actitud diferente; controla lo que sucede en la sala y, en ocasiones, reacciona a lo que en ella se dice. Habla con su abogado en cada receso. Escucha con atención lo que relata su amante.

Nelson afirma que estaba profundamente enamorado de ella y que desconocía que ya tenía otra relación. Que ella le dijo que estaba embarazada de él y que temía por su vida si Iván Castro se enteraba. Ofrece una imagen de hombre manipulado completamente. «Me dijo que tenía que matarlo, pero no la creí. Decidí esperar a que se le pasase, pero comenzó a contarme más a menudo episodios de malos tratos. Yo quería denunciar e incluso irnos juntos, pero decía que le haría algo a su padre. Hice lo que ella me dijo». Los investigadores sospechaban de Nelson. Lo llamaron el 8 de junio. «Negó su relación con Marta. Sabíamos que ocultaba algo. Salió de declarar y fue directo a la panadería de Marta y la conducta de esta comenzó a cambiar». Su frialdad la mostró el mismo día del crimen; después de los disparos, quedó con Marta y unas amigas a tomar algo. «Nelson incluso hacía bromas», decía una de las testigos.

El juicio continuará mañana. Ambos se enfrentan a sendas penas de 27 años de prisión por un delito de asesinato.