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M. VARELA
LANGREO.
Martes, 23 de febrero 2021, 01:05
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La pila bautismal llena por ropa de trabajo, una carretilla y un cono de obra delante del altar, herramientas, palas azadas, escobas y rastrillos apoyados en las paredes... La capilla de la Casa de la Buelga, en el distrito langreano de Ciaño, ha sido utilizada durante semanas como almacén de material de obra de los participantes del plan de empleo municipal. Algo que ha generado un gran malestar entre los vecinos, que se encontraron «con la capilla tomada por herramientas y demás sin tener ningún respeto por el edificio, que data del siglo XVI», explicaba S. A.
Y es que El Campón, como llaman los vecinos a la antigua casa residencial de Los Buelga está integrada dentro del conjunto histórico de Ciaño, promocionado así por el Ayuntamiento. Actualmente, el edificio principal funciona como aula de extensión universitaria de la Universidad de Oviedo, sala de estudio y es Monumento Histórico Artístico.
Al ver semejante panorama los vecinos dieron la voz de alerta, pues entienden que «se está haciendo un uso indebido de nuestro patrimonio, la casa medieval no merece este trato cuando hay edificaciones cercanas que pueden usarse para almacenar material de obra». Según comentan la situación de este 'almacén provisional', viene dándose desde principios de mes, pero la gota que colmó el vaso fue «la desaparición de la cruz que estaba en la pared central tras el altar». Un elemento que los vecinos de Ciaño temen que se haya perdido.
Con todo, una representación de la asociación de vecinos se reunió en la jornada de ayer con la alcaldesa de Langreo, la socialista Carmen Arbesú, para exponer la situación y tratar de buscar una solución. «La regidora entendió desde el primer momento el problema, que no se puede dar un uso de almacén a la capilla de la Casa de los Buelga y se comprometió a revertir esta situación», manifestó Enol Zapico, presidente del colectivo.
Tras ese encuentro, al mediodía el material que se encontraba dentro del templo, fue apilado en los exteriores y los operarios se afanaron en limpiar tanto la pequeña capilla como el entorno.
Los alumnos del plan de empleo, destacan los propios vecinos, «llevan semanas trabajando muy bien. No tenemos nada en su contra, sólo pedimos un poco de respeto para nuestro patrimonio», apostillan.
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