El restaurador da por «salvados» los murales de Bendueños

La iglesia de Santa María de la Asunción de Bendueños fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) hace cuatro años. A iniciativa de la Asociación Vindonnus y del párroco de Campomanes, José Antonio López, se ha presentado esta propuesta de cuarta y última intervención en los murales del Camarín. En acciones anteriores, el citado colectivo cultural ha llevado a cabo acciones de divulgación y estudio de las pinturas. El restaurador, Carlos Nodal, señala que se acude nuevamente al marco de las subvenciones para restaurar «la única zona pendiente: el tramo este superior, que alberga dos escenas con dos padres de la iglesia que acompañaban supuestamente la Asunción de la Virgen en su zona central, desaparecida tras el derrumbe de la bóveda en el siglo XIX». Esa «gran pérdida» motivó que tras el relleno de la laguna se encalara toda la pared en el propio siglo XIX, siendo descubiertas en los estudios previos llevados a cabo en el año 2017.

Nodal recuerda que las intervenciones anteriores se realizaron en 2018, 2019, y 2021. Asegura que con esas actuaciones «se han salvado esos frescos y se ha llevado a cabo una conservación, restauración y recuperación de elementos de pintura que faltaban. La última realizada fue la más llamativa porque se recuperó toda la zona de abajo que tenía muchas pérdidas elementos decorativos geométricos».

Nodal señalaba que son muchas las curiosidades que encierra este templo. Además de la propia iconografía -los murales del camarín cuentan con motivos exóticos como loros o figuras negras, con muchos indigenismos, algo muy raro en una aldea asturiana-, también destaca el uso de mortero de arcilla, «único en la región», que se utilizó para evitar excesos de humedad porque la construcción se encuentra parcialmente enterrada. Se cree que el origen del templo es del año 905, pero lo que se conserva data de 1582.