La historia de una asturiana: «Desperté con medio cuerpo paralizado y llamé a un amigo en lugar de al 112»
La avilesina Paula Rivero, superviviente de un ictus, afirma que «el 7 de octubre es mi segundo cumpleaños, porque ese día volví a nacer»
Este no sólo es un reportaje humano, sino «uno para concienciar». Así lo ve Paula Rivero (Avilés, 1976), quien el 7 de octubre de 2017 ... tuvo «una segunda oportunidad de vivir». Esa mañana Paula se levantó con el lado derecho de su cuerpo «totalmente paralizado» y, sin entender qué era lo que estaba ocurriendo, su primera reacción fue llamar a un amigo para pedir auxilio. «Intenté coger el teléfono con la mano izquierda, pero me era muy difícil desbloquearlo; desde entonces siempre llevo el móvil sin ningún patrón de bloqueo». Y continúa: «Una vez que pude desbloquearlo, me tiré de la cama y me arrastré por el suelo porque estaba desesperada por poder moverme. Yo le mandaba la señal a mi cuerpo de mover el lado derecho, pero no respondía, creía que me estaba muriendo», cuenta.
Publicidad
Una vez que Paula pudo desbloquear el teléfono, y sin tener todavía ninguna sospecha de que estaba sufriendo un ictus «llamé a un amigo en lugar de llamar al 112. Ese fue mi error. Siempre hay que llamar a emergencias, siempre», explica.
Rivero pasó la noche del 7 de octubre de 2017 en coma, ingresada en la unidad de cuidados intensivos el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), debatiéndose «entre la vida y la muerte». Pero el 8 de octubre ocurrió el milagro: contra todo pronóstico Paula despertó. «Estaba toda mi familia en el hospital, esperando ese momento. Lo primero que noté cuando abrí los ojos es que veía doble, todo lo veía doble. El amigo al que había llamado me contó que cuando yo le llamé, que en mi cabeza yo creía que estaba hablando perfectamente, él sólo escuchaba a una persona balbucear y no me entendía muy bien. Es decir, a mí me dio todo lo que se supone que un ictus debe causarte: parálisis del cuerpo, dificultad para hablar y afectación visual», apunta.
Actuar «con mucha rapidez»
Esta avilesina de 48 años hace una reflexión importante: «En el ictus es esencial actuar con rapidez, porque de ello dependerá no sólo que sobrevivas, sino que no quedes con secuelas».
En su caso, no fue así. «Tengo daño cerebral y también tengo problemas de visión. Concretamente, veo doble. Muchas veces cierro un ojo, porque cuando lo hago empiezo a ver normal», explica.
Publicidad
Según explica, le costó recuperarse del ictus «aproximadamente unos dos años. Fue una etapa muy oscura de mi vida y estuve realmente mal. Al principio tenía mucho temor de que el ictus volviera a repetirse y vivía con ese miedo. También estuve muy deprimida y rechazaba el amor y el apoyo de mi propia familia», cuenta.
Afortunadamente «de todo se sale», dice Paula. Pasados esos dos años, ella pudo ir recuperando su vida poco a poco, pero eso sí, hizo cambios. «Antes del ictus yo vivía con muchísimo estrés porque tenía dos trabajos y ambos muy exigentes. Cuando me recuperé de la enfermedad, lo primero que hice fue cambiar de trabajo», indica.
Publicidad
A esta avilesina –que el 7 de octubre celebra su segundo cumpleaños «porque eses día volví a nacer»– también le cambió la manera de ver la vida: «Ahora intento no enfadarme nunca, comer saludable, hacer ejercicio y no estresarme», zanja.
Sergio Calleja: «Por cada minuto perdido mueren dos millones de neuronas»
Alrededor de 3.000 personas en Asturias sufren un ictus al año. Un dato, cuando menos, alarmante. De ellas, el 20% son personas jóvenes, una cifra que ha ido incrementando con el paso de los años. La buena noticia es que el 75% de los pacientes que sufren un ictus logran sobrevivir, aunque la mitad de ellos quedan con secuelas. Estos datos los confirman el coordinador de la unidad de ictus del HUCA y también neurólogo, Sergio Calleja, y la Asociación Ictus de Asturias y otras Lesiones Cerebrales Adquiridas (ASICAS).
Empezando desde lo más básico, Calleja explica que un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una afección médica grave que ocurre «cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, impidiendo que el tejido cerebral reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita». Por esto motivo, actuar con rapidez cuando se sospecha de un ictus «es lo más importante». «El tiempo es cerebro. La mayoría de la gente no lo sabe, pero cada minuto cuenta. De hecho, por cada minuto perdido mueren dos millones de neuronas», subraya el médico asturiano.
Sin embargo, aclara que «sí es posible recuperarse de un ictus al 100% sin tener secuelas, pero para poder hacerlo es vital los primeros minutos después del ictus. La gente muchas veces no llama a emergencias, ni acude al médico pronto y entonces es cuando empiezan los problemas y cuando ya aparecen las secuelas», indica el neurólogo. La sintomatología de un ictus es muy similar en todos los casos: «Incluye la parálisis o debilidad súbita en un lado del cuerpo (cara, brazo o pierna), dificultad para hablar o entender, problemas de visión repentinos (como visión borrosa o ceguera en un ojo), dificultad para caminar, perder el equilibrio o la coordinación, y un dolor de cabeza intenso y súbito», apunta Sergio Calleja.
La trabajadora social de ASICAS María Fernanda Alonso afirma que un estilo de vida saludable previene el ictus. «Hacer deporte, mantener una dieta mediterránea y alejarse de hábitos dañinos como fumar y beber puede prevenirlo», indica. Esta entidad, integrada por 378 socios, está orientada desde 2017 a ayudar a los pacientes que han sufrido un ictus en Asturias y «hacerles la vida más sencilla».
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión