Tomás Rubio, vicepresidente de Asempa, pasa con su silla por las vías de la estación de La Calzada. José Simal

La discapacidad en Asturias pierde el tren (y el autobús)

Asempa, la Asociación de Enfermedades Neuromusculares, enumera los problemas diarios para circular en transporte público por la región

Chelo Tuya

Gijón

Lunes, 27 de octubre 2025, 07:07

Esta es una historia que, como las más interesantes, es totalmente poliédrica. Sus protagonistas son, por un lado, los servicios de transporte públicos del Principado ... , ofrecidos por Alsa (carretera) y Renfe (tren) y, por otro, los miembros de la Asociación de Enfermos Neuromusculares del Principado (Asempa). Y el hilo conductor es si en la Asturias hiperconectada, que vuela tanto desde el aeropuerto como por la variantes de Pajares, las personas que usan silla de ruedas disfruta esa hiperconectividad.

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Dicen los primeros que «los servicios de larga distancia y regionales de Alsa son accesibles a Personas con Movilidad Reducida en Silla de Ruedas». Y, también, que «las líneas de Renfe son accesibles para las personas con discapacidad». Pero los segundos discrepan: «Viajar en transporte público por Asturias es una odisea».

¿Mienten Alsa y Renfe? Sobre el papel, no. Ciertamente, la principal empresa de transportes por carretera tiene vehículos adaptados, dotados con rampa y plazas reservadas para la instalación de las sillas de rueda. Lo mismo ocurre con Renfe, tanto para las cercanías como para los viajes de medio y largo recorrido, en la web se repite el calificativo de 'accesible' o 'adaptado'.

Entonces, ¿de qué se quejan los miembros de Asempa, una entidad formada, sobre todo, por usuarios de sillas de rueda. «De que esa accesibilidad de la que hablan es muy escasa. No permite viajar libremente por la región».

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¿Alguna prueba de ello? Pues la psicóloga de Asempa, Clara Díaz, cuenta y no para. «En Asempa nos encontramos con muchas familias que acuden a nosotros con desesperación porque o bien no les bajan la rampa del autobús por ir en andador y no en silla de ruedas. O, por ejemplo, que necesitan acudir a San Sebastián y no hay autobús adaptado en el horario razonable que tienen que acudir. O, lo que le pasó a Mar».

Tres intentos fallidos

Se refiere a Mar Álvarez, socia de Asempa que, el pasado 25 de septiembre comprobó que la accesibilidad «no está siempre a nuestro alcance». Tenía ella intención de ir desde Gijón a Avilés. «Como siempre tenemos problemas, primero llamé a Alsa y a Renfe, para saber qué vehículos y horarios eran accesibles». Optó, en primer lugar, por el viaje por carretera. «Estaba en la parada a la hora que me dijeron y, cuando llega el autobús, la rampa no funciona».

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Decidió irse a Renfe, para lograr su propósito de llegar a Avilés. «Estuve en la estación de Gijón entre las 17.08 y las 17.54 horas». En ese tramo horario «pasaron dos trenes de la línea C4 y no pude subir en ninguno, porque no tenían rampa. Así que no fui a Avilés».

Una situación que, lejos de ser una anécdota, «es habitual», afirma Tomás Rubio. El vicepresidente de Asempa tiene claro que «nosotros no podemos decidir, sobre la marcha, irnos a Oviedo desde Gijón, por ejemplo. Primero tenemos que llamar a las empresas, asegurarnos de que existe vehículo, nos digan qué horario y qué parada podemos usar».

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Hacen especial hincapié no solo en la necesidad de tener que aceptar el horario impuesto, «sino que también tenemos que adaptarnos a la parada que las empresas decidan, aunque estén lejos de nuestro domicilio». Y ponen como ejemplo la estación de La Calzada. «Primero, tenemos que pasar sobre las vías en silla de ruedas. Después, la distancia entre la rampa del tren y el andén es muy grande». Para subir, se necesita ayuda, para bajar «coger carrerilla y 'saltar' con la silla».

Algo que desde Asempa no se considera aceptable. «El tema del transporte accesible es una realidad ignorada», explica Clara Díaz. «Nos gustaría recordar que es un derecho, no un privilegio, poder contar con transporte público que nos incluya a todos, que sea accesible y que todos nos podamos mover libremente».

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Por ese motivo, quiere dejar claro que «desde Asempa luchamos día a día hasta donde podemos, orientando a las familias, si hay cauce de reclamación, ahí estamos, pero exigimos cambios, exigir un transporte para todos».

Recuerda ella, «Las personas con problemas de movilidad ya de por sí tienen una realidad compleja y complicada, lo que supone añadir una incertidumbre más, no saber si va a pasar el autobús, si voy a llegar a la hora... Fomentan el aislamiento».

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El Principado, vigilante

Desde el Principado se anuncian novedades para los próximos concursos. «El Consorcio de Transportes de Asturias (CTA) observará todas las prescripciones en materia de accesibilidad en la futura convocatoria de los concursos de sus concesiones zonales para ofrecer un mejor servicio a todos los usuarios y usuarias del transporte público».

Desde la Consejería de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias se asegura que «los concursos de las concesiones zonales establecen los requisitos en materia de accesibilidad para las flotas»,

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Recuerda que «desde el 1 de enero de 2013 está establecida la obligatoriedad de que todos los vehículos nuevos que se adscriban a las flotas operan líneas de CTA estén adaptados para el transporte de personas con movilidad reducida y en sillas de ruedas». Y, desde 2015 «existe la prescripción de que al menos el 25 % de la flota de cada compañía esté adaptada a tal fin».

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