Educación pide a los centros una hoja de ruta hasta final de curso con tareas ajustadas

Todas las miradas están puestas en la reunión de mañana entre el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas para aclarar todos los interrogantes con los que comienza este final de curso, con los alumnos confinados en sus casas. A la espera de un marco común, a partir del cual la Consejería de Educación publicará instrucciones concretas, el departamento que dirige Carmen Suárez ha pedido a los centros un plan de trabajo para el tercer trimestre que, «en el peor de los escenarios imaginables pudiera concluir sin la vuelta presencial a las aulas».

Tienen de plazo hasta el día 25 de abril y en él deben concretar cuatro aspectos: qué criterios van a seguir para seleccionar y organizar las tareas que propongan al alumnado; los criterios para su valoración, cómo se van a coordinar entre profesores y qué cauces van a seguir para comunicarse con alumnos y familias.

En cuanto a las tareas, la consejería insiste en lo que ya ha ido comunicando, aunque incluye alguna novedad. Esto es, vuelve a subrayar que el trabajo se centrará en la «consolidacion de competencias clave, sin avanzar nuevo contenido curricular», salvo en segundo de Bachillerato y segundo curso de ciclos de FP, «siempre y cuando el alumnado pueda acceder en condiciones de igualdad».

La novedad está en que, precisamente para profundizar en esas competencias clave, recomienda «priorizar proyectos de trabajo que implican a más de un área o materia, en lugar de la realización de actividades acumulativas sin conexión alguna entre sí».

Es este aspecto en el que parece más interesada la consejería. De hecho, en la circular previa a la petición de esta hoja de ruta, sostiene que considera «necesario poner el acento más en la propuesta de actividades relevantes para el aprendizaje no presencial que en la evaluación en sí del alumnado, por lo que animamos a ser flexibles en las decisiones que afecten a la evaluación y la calificación».

Será el tutor quien aglutine las propuestas que provengan de los departamentos y equipos docentes para programar la actividad a distancia, de modo -dice Educación- que «las tareas propuestas sean ajustadas en cantidad, tiempo y medios a utilizar a las circunstancias personales y familiares del alumnado».

Llegado a este punto, reclama que se tenga en cuenta la brecha digital, la situación de quienes no disponen de medios telemáticos para el seguimiento de su proceso «debiendo preverse la forma en que se pueda llegar a todos». La evaluación final se hará teniendo en cuenta la evolución del alumnado antes del 13 de marzo, cuando se suspendieron las clases, y la valoración de las actividades de aprendizaje a distancia, «como valor añadido».

«No añade nada nuevo», «sobrecarga al profesorado» fueron algunas de las reacciones de los sindicatos, quienes indicaron que la consejería pretende reactivar las convocatorias de interinos. Reclaman que se cubran todas las bajas - 200, según CC OO-, no solo las que crea prioritarias.