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Félix Méndez y Asier Gurrutxaga, miembros de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid, junto a la locomotora. En el vídeo, una muestra del tren en funcionamiento. foto: J. C. TUERO | VÍDEO: E. C.

«Sería un reclamo turístico mantener la rampa de Pajares»

El presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid insta a Adif a replantear su uso, tras visitar Asturias con el clásico Estrella Costa Verde

Domingo, 3 de julio 2022, 15:07

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El Estrella Costa Verde, aquel mítico tren de los ochenta y los noventa que unía Asturias y la capital, y que ahora aún circula para los incondicionales de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid viaja de vuelta en Madrid, tras visitar Gijón desde ayer y aprovechar para disfrutar de una 'jornada del vapor' en el Museo del Ferrocarril, de la mano de su director, Javier Fernández.

El maquinista Daniel Maroto.
El maquinista Daniel Maroto. TUERO

El tren está movido por una locomotora realmente especial, la 'Gato Montés', que circula con el número 269.604 y se activó en 1981, que es «única en su especie, un prototipo de alta velocidad, la primera de España», precisa Asier Gurrutxaga, un entusiasta donostiarra para el que los trenes son casi todo en su vida. En breve –en noviembre– tendrá en sus manos los mandos de una de las locomotoras de una de las nuevas empresas ferroviarias que operarán la alta velocidad en España, Iryo, pero esta vez no pudo –aunque seguro que le tentó– llevar la 'Gato Montés' dado que la AAFM tiene contratado con Alsa la operación de sus locomotoras. La 'Gato Montés' tira hoy, camino de Madrid, de una composición de casi 370 toneladas en total, contando con las 86 que pesa la propia locomotora, que sigue aportando nada menos que 4.200 caballos de potencia con sus motores eléctricos, con la prestancia y la elegancia del primer día. A los mandos iba ayer Daniel Maroto, que en la estación de Gijón apuraba la preparación de un viaje que duraría once horas, parada incluida en Villamanín para comer en el restaurante Ezequiel.

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La vuelta a Madrid la iniciaron subiendo la vetusta rampa de Pajares con la colorista composición del Estrella Costa Verde (dos coches literas de 2ª clase, uno mixto de segunda clase con cafetería, un coche salón de primera, uno de departamentos de primera y un coche cama con duchas de gran clase), a «treinta o cuarenta kilómetros por hora, pero lo importante para nosotros es disfrutar del tren y del viaje», explica el presidente de la AAFM, Juan Antonio Granados, que indica, en ese sentido, que «sería un reclamo turístico mantener la rampa de Pajares abierta, una vez que se abra la variante. Nosotros solo podremos seguir viniendo a Asturias con el Estrella Costa Verde –o con La Suiza, otro ferrocarril de mediados del XX que también miman en sus talleres– si sigue abierta la rampa», ya que estos trenes históricos son incompatibles con la alta velocidad, dado que no pueden emplear otras vías que las de ancho ibérico.

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