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Carmen Castro está especializada en políticas de género.
«Existe el techo de cristal, pero también los suelos pegajosos»

«Existe el techo de cristal, pero también los suelos pegajosos»

Futuro. «Vamos a construirlo en femenino porque lo necesitamos y porque no hay excusa. La igualdad y la diversidad serán eje del modelo de cambio»

COVADONGA DEL NERO

Martes, 15 de diciembre 2020, 02:20

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Carmen Castro (Valencia, 1967) es doctora cum laude en Economía, especializada en modelos de bienestar y políticas europeas de género. Activista feminista desde hace más de treinta años, fue una de las promotoras de la Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción y también del Observatorio de Género, Economía, Políticas públicas y Desarrollo. Ha recibido varios reconocimientos durante su trayectoria, el más reciente 'Les Corts de les Dones', otorgado por Las Cortes Valencianas, en marzo de 2019. Entre sus publicaciones, 'Políticas de igualdad. Permisos por nacimiento y transformación de los roles de género'. La valenciana está convencida de que incidir en las causas de la brecha salarial es lo que acabará con ella.

-La brecha salarial es uno de los temas que más preocupan, y Asturias tiene unas cifras nada esperanzadoras.

-Los datos de Asturias son bastante demoledores, es la región con la brecha salarial por cuestión de genero más alta de todo el Estado. Si pensamos en la UE, la previsión es de cien años para acabar con la brecha salarial. Asturias, no solo no es una excepción, sino que además está en situación de mayor desventaja. No se puede dejar actuar el mecanismo por inercia sin hacer nada más.

-¿Qué se puede hacer?

-Hay una necesidad de focalizar directamente en las causas. Es decir, hay medidas, como la transparencia salarial, que podrían crear un ambiente favorable dentro del avance más rápido hacia la igualdad, pero eso no incide en las causas. La brecha de género por cuidados es un determinante, porque hay un reparto muy desigual en tiempos y trabajos de cuidados no remunerados en los hogares. Es un hecho que las mujeres todavía están asumiendo casi tres veces más cantidad de trabajo que los hombres.

-¿Deben estas mujeres tener un salario o alguna compensación económica?

-Una de las claves del cambio de modelo es un papel más activo del sector público. Intervenir en la creación de empleo público en el ámbito de los cuidados, de manera que exista una red profesionalizada en el ámbito de los cuidados que pueda prestarlos en infraestructuras públicas pero también en domicilios.

-¿Y el techo de cristal? ¿Se está rompiendo?

-Existe el techo de cristal, pero también existen los suelos pegajosos. Ese chicle que atrapa a las mujeres en esas categorías profesionales inferiores incluso a sus capacidades y formación. Para romperlos necesitamos cambiar la cultura estereotipada de preeminencia masculina. Un instrumento que genera el cambio es el sistema de cuotas, no dejar a la autorregulación ni al carácter voluntario el que se vayan diluyendo los techos de cristal.

-¿El teletrabajo aumenta las desigualdades?

-Esto que vivimos no es teletrabajo, es obligación a trabajar en remoto. Aquellas mujeres que han podido teletrabajar se han encontrado atendiendo a su teletrabajo, a las cuestiones logísticas, a las actividades domésticas y a personas mayores o niños. Planteado así, es una trampa horrible. Ha de establecerse un equilibrio.

-¿Es optimista con vistas al futuro?

-Quiero creer que el futuro lo vamos a construir también en femenino porque necesitamos hacerlo y porque no hay excusa. El criterio de igualdad y diversidad va a ser el eje que nos permita articular el cambio de modelo de convivencia.

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