Los que le atienden en la Feria de Muestras
Desde jóvenes que se estrenan a veteranos de la Fidma que aportan experiencia. Ellos hacen que todo funcione
Pablo Xurde Merino
Lunes, 14 de agosto 2023, 13:29
La rueda en Fidma no deja de girar durante quince días, que acaban siendo más contando el montaje y desmontaje de muchos de los puestos que no son permanentes. Los trabajadores son más que esenciales, son imprescindibles, para hacer funcionar el escaparate en el Recinto Ferial Luis Adaro. Desde camareros, cocineros, azafatas y azafatos, así como personal de mantenimiento de la Cámara de Comercio, personal de ventas y seguridad, entre otras muchas profesiones, permiten que los miles de asistentes puedan disfrutar de una experiencia agradable y completa. Y a veces no reciben la atención que merecen.
Si bien es cierto que la mayoría son jóvenes que encuentran un trabajo estacional de verano para costearse sus vacaciones y ayudar económicamente a sus familias, también son muchas las personas que, como Daniel Estévez y María Jesús González, que ya superan el medio siglo de edad, le dan a sus respectivos puestos de trabajo una experiencia necesaria. Ayudan así a los más jóvenes para que las jornadas se cubran con el éxito y la profesionalidad que les aporta el callo adquirido y las horas a sus espaldas. De todas formas, siguen destacando las caras juveniles y las ganas de aprender de aquellos más jóvenes que trabajan en verano. Echan muchas horas en casi todos los sectores económicos de la región. Pero, ¿para qué quieren exactamente el dinero los más jóvenes?
«Para pagar los estudios», como dijo Saúl López, es una de las respuestas más comunes. Aunque también hay quien gastará el dinero «en un coche y viajar», como Narón Franco, o «para un teléfono nuevo y tirar lo que queda de verano», dijo Víctor Truchero, compañero de los dos anteriores, que también trabajan en Lamina.
Otros tienen intención de gastar parte de este colchón en hacer «un cumpleaños a mi novio como el de Kylie Jenner», explicó entre risas, pero no por ello menos cierto, Alba Valle, que está trabajando en el puesto cubano Ázucar, especializado en mojitos. Una de sus compañeras, además de amiga, Sofía González, empleará la compensación económica de estas dos semanas de trabajo para ayudar en casa y comenzar septiembre con un unos euros «para pagar parte de la matrícula de la Universidad y permitirme algún lujo», apuntó.
Pagar el alquiler del piso es otro de los ejemplos repetidos. Algunos son estudiantes, aunque no todos. Ejemplo de ello son Sara Mogedas y Sara Calvente, compañeras de Pata Negra Salamanca que viven en Madrid, y que emplearán el dinero que ganen en la Feria en «vivir, básicamente, y viajar si se puede», además de la necesidad de cumplir con los pagos de la renta en una de las ciudades más caras de España. Por su parte, su compañera Beatriz Targhetta, tiene pensado sacarse el carné de moto con lo que saque estos días.
Comer muchas veces fuera de casa es caro y no se puede mantener en el tiempo sin tener algún tipo de ingreso. Itziar Uribe lo sabe y es una de las cosas que le llaman a emplearse en la famosa cafetería de Oquendo; entre globos y largas colas de uno de los puestos más míticos de la Feria. Una de sus compañeras, Raquel Suárez, también quiere ayudar a pagar las tasas universitarias y viajar con sus amigas. Las motivaciones son variopintas y heterogéneas, pero todos ellos tienen en algo importante en común. Son la cara quizás aparentemente menos vistosa o llamativa del certamen, y todos buscan estas dos semanas un dinero que «nunca viene mal», destacó Pablo Caro, repetidor de La Cabaña del Arroz con Leche.