Zaira Expósito y su padre Daniel, cada uno apostando por su elección culinaria. ARNALDO GARCÍA

Bocata de calamares o sándwich de queso, ¿y tú, de quién eres?

Las dos ofertas más clásicas de la Feria llevan toda la vida compitiendo, cada una con su legión de fans

PABLO XURDE MERINO

Sábado, 19 de agosto 2023, 01:34

Ríase usted de si la pizza tiene que llevar piña o no. Aunque la duda con esa respuesta, ofende. Ni que si es el 'yin' o es el 'yang'. Cuando se habla de la Feria el debate desciende a las profundidades de los pecados capitales. La gula. La eterna pregunta. Bocata de calamares o sándwich de queso. Esta es la intersección en el que las familias, parejas, amigos, se separan. En los que unos toman una calle (y una cola) y otros, otra.

Publicidad

Aquí no hay términos medios. Blanco o negro. Sin grises. Cada apuesta culinaria tiene su legión de fans. Respetuosos con la otra opción. Eso siempre. Aunque no saquen este tema en la cena de Nochebuena que puede acabar en enfado.

Daniel Expósito y su hija Zaira, que siempre que vienen a la Fidma discuten dónde comer. «Ella siempre quiere el bocadillo de calamares, pero para mí el clásico es el sándwich de queso de San Martín», dice el padre. En realidad, la disyuntiva se resuelve fácil, pero la competición se repite todos los años.

Tampoco es que esto sea algo nuevo. Ni de este año. Basta tirar de hemeroteca. Podemos remontarnos al siglo pasado y encontrar sonados ejemplos. Victoria Fernández, que este septiembre cumple 91 años, recuerda con cariño como todos los años repetía su elección, mientras sus hijos querían lo opuesto. «Siempre que venía a la Feria pedía el sándwich de queso», explica Fernández ante el asentimiento de su hija pequeña, Mónica Menéndez, quien admite que prefería el bocata de calamares. «Cada vez que lo veo por ahí me recuerda a la Fidma de mi infancia», afirma.

Para los primerizos en la Feria, el bocadillo de calamares llama la atención sobremanera. Sobre todo para los madrileños. Irene Barrado, vecina de Leganés, se sorprendió al comprobar que, efectivamente, «no tienen nada que envidiar a los que venden en la plaza Mayor de Madrid, incluso están más frescos», confiesa. Otros, originarios también del foro nacional, aunque más experimentados en la Fidma, respaldan sus palabras. Como José Luis Arenal, quien lleva ya tres décadas en territorio astur y guarda muy buen recuerdo de los madrileños bocatas de calamares. Aún así, no le pone peros tampoco a sus contrincantes en este duelo: los sándwiches de queso. «La verdad que como de todo y están muy ricos. No creo que se puedan comparar, son diferentes», dice mientras espera su pedido.

Publicidad

Los hay también que nunca han probado aquel que no es santo de su devoción, «porque no hay nada que supere al bocadillo de calamares en la Feria», argumenta Santiago Medina, quien lleva «prácticamente toda la vida» acudiendo al recinto ferial, y sin perderse la cita con el mítico pan que envuelve al rebozado de crustáceo y que llena de olor las calles del Recinto Ferial Luis Adaro.

Por supuesto, hay otras muchas opciones para comer en la Feria, pero estas son las más representativas en cuanto a su relación calidad-precio y la cercanía de los puestos más clásicos, a tan solo unos metros. Uno en cada acera. Esta metafórica batalla se ha visto toda la vida. Es un testigo que pasa de generación en generación y que depende, sobre todo, del primero que uno pruebe. Ése marcará su decisión para casi toda la vida. Cierto es también que se puede abandonar la elección inicial, aunque no es lo más común. El que es de bocata calamares lo es para siempre, o eso parece en un principio...

Publicidad

Tras este recorrido por los más fieles consumidores de los dos productos, el jurado conformado por la mesa de redacción del Diario de la Feria, ha llegado a un veredicto. Una larga jornada de reflexión dio lugar a la conclusión final: ¡tablas! Nadie gana. Todos ganan. No hay discusión posible. ¿Y tú, de quién eres?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad