El comercio local, corazón de Asturias

Por ventura es la sociedad otra cosa que una gran compañía, en que cada uno pone sus fuerzas y sus luces, y las consagra al bien de los demás?». Así comenzó su discurso Sara Menéndez García, presidenta de la Unión de Comerciantes de Asturias, citando la frase de Jovellanos presente en la placa de la plaza del 6 de agosto, en Gijón. Una reflexión que «tiene mucho que ver» con el XVIII Premio al Desarrollo Económico-Industrial de Asturias, que recibió en representación del comercio minorista de la ciudad de Gijón, al que la Junta Directiva de la institución jovellanista, que preside Álvaro Muñiz, decidió entregar.

Estuvieron presentes en el acto la alcaldesa, Carmen Moriyón; las consejeras de Desarrollo Económico y de Educación del Principado, Nieves Roqueñí y Lydia Espina, respectivamente; el presidente de la Cámara de Comercio, Félix Baragaño, y el director general del Banco Sabadell Herrero, Pablo Junceda. Una ceremonia en la que «el Ateneo Jovellanos y el Banco Sabadell Herrero decidieron unir fuerzas», resaltó Baragaño. Así, el sector financiero y el comercial confluyeron en una ciudad que «tiene un comercio excepcional, porque todas las personas que trabajáis en él sois excepcionales», dijo Carmen Moriyón, en una alabanza a los pequeños e imprescindibles negocios de Gijón, con «su componente social, que se traduce en una ciudad viva, que cuida de las personas», expresó la alcaldesa.

En cuanto al volumen económico que representa, los datos hablan por sí mismos, ya que el sector genera el 17% del empleo en el Principado, del cual el 70 % son mujeres, mencionó Nieves Roqueñí. Pero no es lo único. También es «una experiencia de convivencia», la definió Álvarez García; y un reclamo de «seguridad, atractivo turístico y alegría» para la ciudad, apuntó el presidente del Ateneo Jovellanos, Álvaro Muñiz en su discurso, al comentar algunos de los principales motivos de la elección del premio. Como característica fundamental, destacó que «saben escuchar», algo muy importante para las personas mayores. Les hace compañía. Muñiz también deseó «que este premio sirva para afianzar en la cultura ciudadana la importancia que tiene el pequeño comercio». Además, este modelo cercano aporta también «un valor a las zonas en que se instalan», incidió el presidente del Ateneo Jovellanos.

En Gijón, «ir a ver tiendas», como dijo Menéndez García, es una actividad típica de los ciudadanos. Además, supone una coincidencia «del disfrute del espacio público y de la oferta comercial», resaltó. Por su parte, Pablo Junceda hizo una analogía entre la anatomía del cuerpo humano, con todos sus sistemas, y la estructura económica de la región asturiana. En ella situó a los responsables del comercio local, no solo de Gijón, como «nuestro corazón, esqueleto y venas. Son el cuerpo sano de una economía que necesita seguir adelante». Continúo su símil apuntando que, al igual que debemos cuidar nuestro cuerpo, es imprescindible hacer lo propio con el comercio.

La consejera de Desarrollo Económico mostró su compromiso con el sector a nivel municipal, al igual que la alcaldesa Carmen Moriyón. Roqueñí hizo hincapié en lo que es «una oportunidad histórica que nos brindan los fondos europeos de reconstrucción» de la Unión Europea, así como «los recursos de los que disponemos en Asturias del fondo de transición ecológica»; un ámbito en el que ya están trabajando con proyectos y propuestas que serán capitales para el pequeño comercio. «Estos retos no los vais a afrontar solos, tendréis en el Principado un fiel aliado», destacó. Otro de los desafíos esenciales en los que también estará presente el Gobierno regional está inmerso en la transición hacia una «economía neutra en carbono», como la definió Roqueñí.

Algunas de las muchas arterias del sistema circulatorio, siguiendo con la analogía de Junceda, estuvieron también presentes en el acto. Imprescindibles en la ciudad y miembros de la directiva de la Unión de Comerciantes como Rafa Gutiérrez, de la librería La Buena Letra, Luisa García Moro, responsable de la tienda de moda Arpel o María Rodríguez, de El Vestidor de María. Ejemplos del comercio responsable con los habitantes de la ciudad. Algunos de los muchos que pueden encontrarse por las calles gijonesas. En todos los barrios y de todos los estilos posibles; vertebrando el mundo que nos toca más de cerca. Por eso es necesario, como indicaba Junceda, cuidar un sector tan crucial.