'Made in Marrakech'... y en muchos sitios más
Los puestos de la Feria ofrecen objetos de muchas partes del mundo, como Rusia, Japón y Marruecos
DIEGO ESTRADA
Viernes, 18 de agosto 2023, 01:43
A la Fidma (Feria Internacional de Muestras del Principado de Asturias) le viene el nombre como anillo al dedo. Y es que la palabra internacional es la que mejor define la esencia y el carácter de este evento tan multitudinario. De todo el mundo son los puestos y los productos que ofrece la Feria, no hay un solo lugar de procedencia o una sola cultura. Hay sitio para todos y la ciudad de Gijón acoge en escasos metros cuadrados una muestra de la riqueza geográfica, que año a año se hace más palpable.
Se puede optar por adentrarse en la fría Rusia y disfrutar de las matrioshkas, las clásicas muñecas que se meten una dentro de otra. Como si estuviera en un mercadillo del propio Moscú, Vitaly Belohlohov ha fabricado varios objetos propios del país, los «más representativos» de su tradición artesanal. Aparte de las mundialmente conocidas matrioshkas, están a la venta una especie de huevos con brillantes, similares a los de Pascua. Se trata de los llamados 'Fabergé', que inicialmente habían sido creados para la familia de los Rómanov, última dinastía de Zares que gobernó Rusia. El trágico final que la historia le deparó a esta familia ha llenado de mística este objeto, lo que atrae a mucha gente a comprarlos.
De la gélida Europa Oriental se puede pasar al calor desértico de Marruecos con tan solo caminar unos minutos. Y es que hay un pabellón entero con productos marroquíes de alimentación y artesanía. Decenas de puestos ofrecen especies, ropa, bebidas o postres clásicos del norte de África. Llama especialmente la atención una «tetería moruna», dispone de una gran cantidad de infusiones realizadas por ellos mismos. «Ofrecemos dulces y té realizado de forma casera», indica Abdelaziz Bihi, dueño del local. Mucha gente se interesa por estos productos por su exotismo, ya que no es común encontrarlos en cualquier sitio. «Me ha llamado la atención mucho, los he probado y están realmente deliciosos», apunta Carmen Martínez, una clienta de esta tetería.
No solo hay comida en estos puestos marroquíes. También hay tiendas que apuestan por la artesanía de la zona, con productos folclóricos. Es el caso de Rachid Bajoudi, que en su negocio comercializa con instrumentos de Marruecos. Una de las principales novedades es un cuentacuentos antiguo, una especie de cajón sonoro que se utilizaba en la antigüedad para amenizar los monólogos y las historias de la tradición oral.
También podemos optar por el sureste asiático y viajar hasta japón para comprar algunos de sus relojes. Resistentes al agua, estos objetos cuentan con un mecanismo «muy eficaz». «La maquinaria japonesa es como un robot, tenemos más de mil modelos», indica Manuel Granja, propietario de la tienda Un Mar de Regalos.
Sin duda esta es una pequeña muestra de objetos y productos de todo el mundo que todo visitante tiene al alcance de la mano. Desde Japón, Rusia, Marruecos... La Feria permite esta riqueza geográfica en pocos metros cuadrados; esto es parte de su magia y la convierte en un evento muy especial.