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En primera fila, de izquierda a derecha, Marcos Alvarado, Alexander Prosenkov, Ángela Fernández y Nahim Luján. En segunda fila, de izquierda a derecha, Song Meng e Iris Menéndez. :: NAVARRO
«Una nueva forma de pensar y trabajar»

«Una nueva forma de pensar y trabajar»

Seis estudiantes cuentan su experiencia de movilidad por Europa y América

CANDELA DEL VALLE

Jueves, 16 de agosto 2018, 01:06

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El pasado año, el programa de movilidad Erasmus soplaba ni más ni menos que 30 velas. 30 ediciones a lo largo de las cuales más de cinco millones de personas de toda Europa han hecho las maletas para irse a vivir una experiencia única de la que se han llevado no solo una nueva lengua o una certificación académica de cara a su futuro currículum, también un aprendizaje vital y cultural, amigos de todos los puntos del globo e independencia y autonomía. Así lo contaban ayer en una mesa redonda organizada en la Feria seis estudiantes de grado y máster que disfrutaron del convenio de intercambio Erasmus e internacional en la Universidad de Oviedo o partieron de ella para vivir en otros países europeos.

Algunos emprendieron un largo viaje para llegar a Asturias. Como Alexander Prosenkov, ruso que tras estudiar Medicina en la Universidad de Moscú decidió cursar su máster en Biotecnología en Oviedo y actualmente doctora en Mieres. Con su perfecto español, contó a los asistentes que se sintió atraído por Asturias «por mejorar su educación» y buscando llevarse en la maleta «una nueva forma de pensar y trabajar». Nahim Luján, voló desde México para reencontrarse con sus raíces asturianas: «Mi abuelo era de acá. Y siempre quise venir a conocer su cultura». Decisión agravada además por «la fama de esta Universidad en la carrera de Derecho» y de su interés por la historia y la Constitución españolas. En representación del continente americano también intervino Marcos Alvarado, costarricense que desde pequeño sintió curiosidad por «las banderas de Asturias cuando veía carreras de Fernando Alonso». Y un día, de casualidad, leyó un artículo de la Universidad de Oviedo de investigación musicológica acerca de David Bowie, su ídolo musical, y se vino «para estudiar Musicología, un grado que aún no tenemos allá en Costa Rica».

Veintiocho países

Tampoco faltan universitarios del continente asiático como Song Meng, estudiante china que tuvo clara la elección de su destino: «Escogí España porque la vida en Europa es mejor que en otros países». Su máster en Biotecnología del Medio Ambiente le ha servido además para acceder a un puesto de trabajo en su tierra natal.

En representación española participaron en el coloquio Iris Menéndez, graduada en Biotecnología, y Ángela Fernández, estudiante de Psicología. La primera escogió Finlandia, país del que se llevó un buen recuerdo y aprendió sobre otras culturas haciendo amigos de hasta Turquía. Ángela Fernández se fue a Italia y recomienda la experiencia «sin duda alguna». Dirigiéndose a los jóvenes universitarios, apuntó: «No os lo perdáis. Id e interesaos por al gastronomía, el arte, la música, la gente».

No son los únicos afortunados. El pasado curso académico fueron 872 alumnos de la Universidad de Oviedo los que partieron hacia 28 países diferentes y la propia institución recibió 578 estudiantes de todos los rincones del planeta. Eso a pesar de que en España por el momento solo hay alrededor de un 13% de estudiantes que prueban la experiencia de movilidad, siendo «más de un 80% los que no se van», explica Francisco Borge, vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional de la Universidad de Oviedo. Los motivos por los que no se van, explicó Borge, pueden achacarse a «la no existencia de ayudas para todos», algo por lo que las universidades luchan cada día, aumentando sus convenios y número de plazas becadas.

También bodas

El caso es no perderse la oportunidad. Todos coinciden en que les ha abierto la mente, liberado de prejuicios y han crecido. A la pregunta de qué cambiarían, contestan que quieren más retos, que «se lo pondrían aún más difícil». Y no solo les ha cambiado, también les ha otorgado una actitud que «está muy demandada por las empresas». De hecho, la internacionalización es, como explicó Borge, «una actitud fundamental que en el futuro han de poseer todos los alumnos». No solo se valora su currículo de estudios, también su mente abierta e internacional en un mundo cada vez más globalizado. Como anécdota, recalca Borge que «el 65% de los que han participado en programas de movilidad terminan casándose con alguien de otro país».

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