Los pequeños grandes protagonistas
Los estands optan por actividades llamativas para los niños. Estos sentencian: «Vamos a ir a todos los juegos que encontremos»
Quienes mejor lo pasan en la Feria por excelencia son los más pequeños. Hay mucho por ver y hacer pero la ruta por excelencia de los pequeños es ir en busca de la diversión que ofrecen los juegos de los diferentes estands.
Las mañanas de los fines de semana, el pabellón de Asturias ofrece a los niños talleres. Dentro del salón, distintas familias juegan Proyecto Stem de Desconectando. Se trata de un juego con el que los niños aprenden sobre las investigadoras de las carreras STEM para incentivar a las niñas a realizar trabajos de las ramas de ciencia, ingeniería, tecnología y matemáticas.
Nacho Fernández y sus hijos, Julia y Eloy tuvieron la oportunidad de probar este juego. «Hay muchas científicas y muchos proyectos», aprecia Julia. Del juego lo que más le gusta es «cuando completas un proyecto muy difícil porque cuesta mucho». El juego consiste en conseguir el mayor prestigio a través de estos y, a la vez, hacer que los niños aprendan.
Otra de las cosas que fascinan a los pequeños es el colorido. Un atractivo que no falla es una piscina de bolas como la que se puede encontrar en el pabellón de Telecable. El objetivo en ella es encontrar en menos de minuto y medio una pequeña bola de dragón de color naranja que se esconde entre los demás colores.
Sofía Díaz, de siete años, intentó hacer se con ella, «no he llegado a encontrarla», lamenta. El problema es que «había muchas pelotas y era difícil». Aunque su esfuerzo obtuvo recompensa, «me han dado un premio por participar», dice muy contenta. La que sí que lo consiguió fue Martina Fernández, «antes de empezar ya pensaba que iba a conseguirlo», explica orgullosa.
Para dejar volar la imaginación era la pequeña casa que el estand de la Central Lechera tiene por fuera. Dentro de la casita, Mateo y Llara González aprovechan las actividades. Concretamente, pintan vaquitas y granjas con colores más sorprendentes de los habituales, «he escogido el verde y el azul», dice Llara al respecto de su vaca, «son mis colores preferidos». El dibujo termina colgado en la pared de la casita junto con otros hechos por los niños que han decidido dejar su recuerdo ahí. Además de esta actividad, la casita ofrece talleres de plastilina e, incluso, pintacaras. Cuentan también con otra parte para montar un puzzle con bloques, un tres en raya y un juego de lanzar cachopos a distintas sartenes.
Si vamos al estand de Total Energies, la última parte del recorrido presume de ser uno de los sitios en los que los niños pasan el tiempo. Uno de los juegos consiste en que los pequeños recolecten bolas de una caja con aire dentro, las atrapen y las coloquen en cuatro recipientes dependiendo de su color. Los hermanos Luis y Clara Álvarez realizan la prueba con gran éxito. «No ha sido difícil», dice Clara, «aunque lo más difícil ha sido al final, cuando había menos bolas y se escapaban más», reconoce. Los hermanos venían a la Feria para «ir a todos los juegos que encontremos».
Junto con este divertimento, está un pequeño paseo por los últimos 850 metros de los Lagos de Covadonga que se realizan en la Vuelta Ciclista en la que los niños pueden decidir si montarse en la bici estática y ver las vistas proyectadas en la pantalla, batir el récord ostentado hasta el momento en la actividad o competir entre sus amigos o familiares para ver quién llega antes, una opción que gusta mucho.
Con el fin de aprender, Cogersa también ofrecía una actividad con cinco mini juegos referentes a los puntos limpios. Qué se podía hacer con los deshechos o encestar lámparas en los contenedores son algunas de ellas, y aunque a Raúl Vázquez al principio este último juego le costó, logró encestarlas todas. «¡Lo conseguí!», exclama tras terminar.