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Ana Cuartas, la víctima.
La Fiscalía rechaza rebajar la pena al padre que violó a su hija de forma reiterada en Colloto

La Fiscalía rechaza rebajar la pena al padre que violó a su hija de forma reiterada en Colloto

El progenitor, condenado a ocho años de cárcel, pide acogerse a la ley del 'Sí es sí', que en todo caso le elevaría la pena hasta los quince

E. RODRÍGUEZ

GIJÓN.

Sábado, 3 de diciembre 2022, 01:19

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La Fiscalía rechaza rebajar la pena al padre de Ana Cuartas, violada desde niña hasta los 17 años. Su progenitor, que fue condenado a ocho años de cárcel como autor de un delito continuado de violación y permanece en el Centro Penitenciario de Asturias desde el 2 de marzo de 2016, ha solicitado la reducción de la pena acogiéndose a la entrada en vigor de la ley 'Solo sí es sí' y quedar en libertad, tal y como explicó hace días la propia Ana Cuartas.

Sin embargo, la Fiscalía ha señalado que con la revisión de la sentencia, la pena (para cuya imposición ya se tuvo en cuenta el escaso tiempo que restaba para que el delito hubiera prescrito) se incrementaría «conforme a lo dispuesto en el artículo 181.3, en relación con el 181.2 y 178.2 del Código Penal». «Irían de diez a quince años de prisión», añade en su escrito, «por lo que la nueva pena sería más perjudicial para el reo». Algo que no puede aplicarse a hechos producidos con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva normativa. De ahí que establezca que «no procede la revisión de la sentencia».

Y prosigue: «Aun admitiendo como señala la defensa del condenado que los hechos pudieran tipificarse según lo dispuesto en el artículo 181.3 del Código Penal y que la pena a imponer iría de seis a doce años de prisión (...), habida cuenta de que la pena impuesta podría serlo también con la legislación vigente, considera este Ministerio Público que no procede tampoco en modo alguno revisar la sentencia».

A partir del traslado de este escrito, la defensa del progenitor dispone de cinco días en el supuesto de que quiera hacer alegaciones. Ana Cuartas asegura enfrentarse a su peor pesadilla, después de «luchar durante muchísimos años» para que su agresor esté «donde tiene que estar: encerrado en prisión. Esto nos hace volver a recordar el infierno que hemos pasado. No hay condena para que pague el daño que me hizo, pero ya está bien».

La primera vez ocurrió cuando tenía «tres o cuatro años. Le intenté apartar con mis piernas, pero me pegó». Lo hizo muchas veces más. En su casa de Colloto le decían que «dejase de decir bobadas». Cuando tenía 15 años, fue con una amiga a comisaría. No la creyeron, como en ocasiones anteriores. Y cuando logró grabar una confesión en una cinta, volvieron a silenciarla. El delito casi había prescrito. Pero por una fórmula llamada «cuasiprescripción» logró llevarle a prisión.

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