El gremio sidrero se reinventa para sobrevivir tras la caída de ventas en la hostelería

«El confinamiento nos hizo trabajar de otra forma y empezamos a hacer reparto a domicilio. No sacábamos el 100% de lo que teníamos, pero sí una parte importante», comenta José Luis Piñera, gerente de Sidra Piñera. Además, «yo tengo un canal de distribución en tiendas de barrio en las que se dobló la venta de años anteriores. Esto ayudó a suplir un poco lo que nos faltaba en hostelería y restauración», añade. Para otros llagares, cuyo negocio se centra exclusivamente en la hostelería y no están presentes en el sector de la alimentación, la actividad descendió de forma alarmante, a pesar del aumento de la venta a particulares. «Nosotros vendemos cuatro veces más que antes a particulares en el llagar. Pero solo da para cubrir gastos y poco más. No es el mismo volumen que el que lleva la hostelería», reconoce Luis Acebal, gerente de Sidra Acebal.

Incluso en los bares, ahora mismo, «vendemos solo entre un 30 y un 40% menos de lo que se vendía. La sidra es producto de barra y con las restricciones, una sidrería grande que vendía 100 cajas semanales te vende 30 ahora», lamenta. La Asociación de la Sidra Asturiana (Assa) comparte esta misma percepción. «El sector ha utilizado vías para reinventarse. Por ejemplo, «apuesta por la venta online para hacer llegar los productos directamente a los hogares». También, «aumentó la presencia y actividad en el canal de alimentación pero, lógicamente, este no suple al canal Horeca», destacan desde la entidad.

La pandemia ha dejado «pérdidas cuantiosas» en el sector por el parón de la hostelería. También se ha visto muy afectada la exportación. «En el Caribe se ha parado totalmente en seco y no se sabe cuándo volverá a reactivarse», indican. Esta situación obligó a muchas empresas a recurrir a los ERTE. En un sector en el que prima la empresa familiar, la regulación afectó sobre todo a trabajadores por cuenta ajena, «en los puestos vinculados al canal Horeca. Por el momento, ya están todos reincorporados tras reanudarse la actividad», confirma Assa.

Aunque las previsiones de la temporada eran pesimistas por las restricciones en la hostelería y la suspensión de las fiestas de prao y las espichas, los llagareros reconocen que «el verano no está siendo del todo malo». Es así, gracias a «la gran afluencia turística, que este año también está teniendo importante presencia en las visitas a bodegas y llagares», indican. Balance positivo también en la sidra con denominación de origen, donde se observa que «el consumidor se está decantado un poco más por esta modalidad», asegura el presidente de la DOP Sidra de Asturias, Tino Cortina.

A pesar de la tregua estival, el sector recibe septiembre con pesimismo. La bajada del turismo y la evolución de la pandemia preocupan. «El gran reto será afrontar lo que venga a partir del otoño. El gremio necesita mucho apoyo, porque en esta rueda no solo están los llagares, están los productores de manzana, los chigreros, los camareros y sus familias...», manifiesta la asociación de productores Assa.