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BELÉN G. HIDALGO
CUDILLERO.
Lunes, 13 de agosto 2018, 03:03
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El Cantábrico sigue escupiendo fardos de cocaína. Desde el pasado viernes, la Guardia Civil lleva recuperados varios paquetes que, hasta el momento, suman un contenido de unos 90 kilos de droga. Pero no se descarta que puedan aparecer más. Por eso la vigilancia en toda la cornisa occidental se mantendrá durante al menos una semana, según precisaron ayer fuentes de la Benemérita.
Los primeros fardos fueron localizados a las tres de la tarde del pasado viernes por los tripulantes del 'Cruz del Sur', una embarcación pixueta que participaba en la costera del bonito. Se encontraban faenando a unas treinta millas al norte de Luarca cuando vieron flotar un objeto que, en un principio, pensaron que se trataba de una boya. «Por eso lo cogimos», explicó a EL COMERCIO el patrón de la embarcación. «Luego vimos que no, que no era material fiable y avisamos a tierra». Horas después, la patrullera 'Río Navia' de la Guardia Civil les escoltaba hasta su entrada al puerto de Cudillero, donde los agentes descargaron los dos fardos recuperados del agua y se constató que la sustancia polvorienta que contenían era droga.
La casualidad quiso que cuando, un día después, esos mismos pescadores volvieron a la zona para continuar con su faena, se encontraran con un nuevo paquete de cocaína que, como el viernes, también entregaron a la Guardia Civil. Para entonces, la Benemérita ya controlaba por «tierra, mar y aire» la costa del occidente asturiano, en previsión de que pudieran aparecer más fardos de droga. Y así fue. Ese mismo sábado se recuperó otro paquete suelto con un kilo de cocaína.
El último descubrimiento, poco después del mediodía de ayer, lo realizó uno de los dos helicópteros -uno de la Guardia Civil y otro del Servicio de Salvamento Marítimo (Sasemar)- con base en Asturias que rastreaban la zona. Desde el aire se localizó un cuarto fardo de un peso similar a los tres anteriores. Es decir, con unos veinte paquetes de cocaína de un kilo de peso cada uno.
La Guardia Civil no descarta que los hallazgos de fardos o paquetes sueltos se vayan sucediendo en los próximos días. De hecho, tiene previsto mantener un operativo especial de vigilancia por tierra, mar y aire en toda la costa occidental asturiana durante, al menos, una semana.
En el dispositivo de búsqueda y vigilancia participa una patrullera y helicóptero de la Guardia Civil, así como equipos de Salvamento Marítimo con la colaboración de los pesqueros que se encuentran faenando en la zona y a los que las autoridades también han pedido ayuda.
Una veintena de patrullas de la Guardia Civil también están rastreando desde tierra los acantilados y playas del occidente asturiano ante la posibilidad de que la marea haya arrastrado más fardos hasta el litoral.
Los fardos están hechos con sacos de arpillera y cada uno de ellos contiene unos veinte envoltorios cubiertos con film transparente y goma de color negro, de un kilo de peso aproximadamente cada uno. La Guardia Civil se ha hecho cargo de toda la droga recuperada hasta el momento y la ha trasladado a la Comandancia de Oviedo para su custodia.
Por el momento se desconoce si la droga fue arrojada al mar de forma consciente, si los fardos se cayeron al agua de forma accidental desde alguna embarcación o si estaban fondeados y se soltaron. Asimismo, la Guardia Civil está rastreando los barcos que en los últimos días transitaron por la zona dentro de la investigación que mantiene abierta para tratar de aclarar el origen de la droga.
En principio, según informa Efe, los investigadores descartan que este cargamento de droga esté relacionado con el alijo de más de dos toneladas de cocaína que fue interceptado esta semana cerca de las Azores y que pretendían introducir en Galicia.
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