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Alumnos de un instituto gijonés, durante una clase. E. C.
«Hablar del suicidio no aumenta el riesgo, produce alivio»

«Hablar del suicidio no aumenta el riesgo, produce alivio»

La guía del Principado para los centros escolares ofrece recomendaciones y la necesidad de generar espacios de confianza

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Sábado, 25 de marzo 2023, 01:40

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«No es solo un plan para las personas que están padeciendo un trastorno mental, sino para el conjunto de la población». La puntualización de José María Blanco, jefe del servicio de Salud Poblacional, viene a explicar por qué esta nueva estrategia discurre «aguas arriba», donde se originan los problemas que acaban desembocando en una enfermedad porque «las fases previas han fallado».

Por esa característica «esencial», se ha articulado el nuevo plan en tres ejes estratégicos, uno asistencial y los otros dos «más sociales». Por un lado, se aboga por «la equidad y salud mental en todas las políticas, estableciendo un sistema de gobernanza y de participación ciudadana». Por otro, se trata de «intentar mejorar los entornos en los que vivimos y las condiciones en las diferentes etapas de la vida para conseguir personas y comunidades más resilientes».

Dentro de ese enfoque «más social», se propone una estrategia de promoción del bienestar emocional y de intervención ante las conductas suicidas en el ámbito educativo; el desarrollo de una agenda única del suicidio, que recoja actuaciones de detección precoz, prevención, informacion, asistencia rápida e incluso investigación; y acciones para combatir la estigmatización de la enfermedad mental con campañas de sensibilización.

Guía para centros escolares

  • Objetivo: Promoción del bienestar emocional, prevención, detección precoz e intervención ante la conducta suicida en el ámbito educativo.

  • Contexto: Con la pandemia, el suicidio se ha convertido en la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después del cáncer, y se ha duplicado entre los menores de 14 años.

  • Estrategia

  • Plan de salud mental: La prevención del suicidio y el acoso escolar entre los más jóvenes es una de las líneas maestras del plan de salud mental aprobado ayer.

  • Recomendaciones

  • La comunidad educativa: Implantar la figura del coordinador de bienestar y protección.

  • Relación de ayuda: Entre docentes y alumnos en los que se detectan señales de riesgo. No se debe juzgar ni reprochar ni trivializar sus sentimientos.

Entre las actuaciones recomendadas, también figura 'un cuaderno' para la promoción de la salud mental en el ámbito local; la creación de una red asturiana de escuelas para la salud; el desarrollo de buenas prácticas dirigidas a mujeres en entornos rurales; la actualización de los protocolos de detección precoz del acoso escolar y la elaboración de mapas de riesgo en función de los cuales se adoptarán medidas. La lista es larga y en ella aparece, además, una guía para la puesta en marcha de las comunidades cuidadoras, la creación de redes comunitarias de apoyo mutuo o la promoción de buenas prácticas relacionadas con la salud laboral.

Los «objetivos poblacionales» de todas estas directrices son, fundamentalmente, personas mayores, mujeres, colectivos vulnerables y tanto niños como adolescentes, protagonistas de las estadísticas más preocupantes. Durante la pandemia, los suicidios se han duplicado en los menores de 14 años y se han convertido en la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después del cáncer. Las cifras, aun así, no son elevadas, pero revelan una problemática que merece toda la atención de Salud Pública.

Con el propósito de ayudar a la comunidad educativa a identificar las señales de alarma, el Principado ha editado una guía que incide en la figura del coordinador de bienestar y protección, así como en la necesidad de generar espacios de confianza. En dicha guía se propone fomentar entre el alumnado las habilidades sociales y el bienestar emocional. Se advierte, además, sobre el riesgo que pueden entrañar determinadas circunstancias, desde la alta exigencia con uno mismo, la falta de motivación o la baja tolerancia a la frustración, hasta la no aceptación de la orientación sexual, el abuso de sustancias nocivas o el aislamiento.

Ante una situación de riesgo, «resulta clave disminuir el sufrimiento del momento y liberar la tensión» de niños o adolescentes. Se necesita, para ello, entablar una relación de ayuda entre el alumno y los docentes. Ni se deben trivializar sus sentimientos ni juzgar ni tampoco reprochar. Ni mucho hablar de las bondades de la vida. «Hablar de la conducta suicida no aumenta el riesgo de suicidio, al contrario, produce alivio», se afirma en la guía.

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