La miel entra en el olimpo de la despensa asturiana

La Indicación Geográfica Protegida Miel de Asturias es una realidad. Los 60 productores y 32 envasadores que ampara la nueva marca ya están sacando su nueva producción con la contraetiqueta acreditativa. Ayer, la presentación oficial puso punto y seguido a un logro que el sector llevaba esperando varios años. Por eso tuvo parte de fiesta y mucho de reconocimiento y buenos deseos.

A partir de este momento se certificarán bajo el sello de Asturias seis mieles monoflorales -de brezo, castaño, roble, eucalipto, calluna y madroño- y, además, otras mieles de agrupaciones florales, que son de costa, de bosque y de montaña.

El primero que lo celebró en el Palacio del Conde de Toreno -un lugar lleno de simbolismo porque en él se presentó en 2008 el primer pliego de 'Alimentos del Paraíso' y fue donde surgió la idea de la IGP de la Miel- fue el que es ya oficialmente el primer presidente del consejo regulador, Julio Fernández López, de La Boalesa.

Coge las riendas «con ilusión» apuntó, y «con muchas ganas de hacer cosas». «Es un día muy importante y muy deseado para el sector. Ahora hay que seguir para que se reconozca el producto, fomentar su consumo, también en los colegios, y sus aplicaciones en cocina tanto en platos salados como dulces. Vamos a hacer aún más grande este proyecto, porque es el sector agroalimentario que más crecimiento ha experimentado en Asturias y todavía le queda mucho por crecer».

Los datos les avalan. El suyo es el que más ha crecido en la última década en el sector agrícola y cada vez más profesionales se dan de alta, especialmente en la parte suroccidental de la región. A este aspecto se refirió, precisamente, el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo. «La apicultura demuestra que sacar riqueza del territorio, pese a la despoblación, es posible. En esta ocasión, del suroccidente, de mi zona. La IGP es una garantía que este producto necesita más que ningún otro, porque sabemos de la dificultad de nuestras producciones. Lo que hay que hacer es animar al consumo porque no hay nada más sencillo para apostar por Asturias que incorporar sus productos a la cesta de la compra».

El objetivo de Miel de Asturias es divulgar las propiedades y territorios de la región para saber valorar y diferenciar el producto. También, distinguir el sello característico de una miel 100% asturiana certificada.

Al respecto, los ponentes incidieron en que es fundamental que tanto el consumidor final como los profesionales de la restauración conciban la miel como un alimento versátil y alternativo, con cabida en cualquier dieta, cocina y público.

«La realidad es que un sello como este ayuda al consumidor a reconocerla en el lineal del supermercado», afirmó en su intervención Olaya Pérez, de Olaya Miel y representante de la nueva hornada de productores, quien no ocultó las dificultades a las que hacía alusión el propio consejero. «Cada día nos enfrentamos a la incertidumbre por el cambio climático y a la velutina que, a 11 de noviembre, sigue activa, y la varroa, que continúa cada vez más resistente. La inflación redujo el consumo y el precio, a escala nacional, ha bajado. Esa es la realidad».

El camino que empiezan a recorrer es muy largo y el consejo regulador empieza a dotarlo de paradas. Uno de sus objetivos a medio plazo -como se apuntó en la presentación- es, por ejemplo, conseguir posicionar Asturias como destino turístico basado en la apicultura, gracias a la visita a zonas apicultoras y colmenas y catas de elaboraciones con este producto como protagonista».

En el transcurso de la ceremonia también se quiso reconocer y homenajear la labor y el desarrollo de la apicultura llevado a cabo por la Fundación Princesa de Asturias entre los años 1981 y 1994. De esta, buena parte de la responsabilidad se debe al hoy director emérito de la entidad, Graciano García, a quien se le hizo entrega del primer tarro de miel certificada y una placa conmemorativa. García -que estuvo acompañado por la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo- quiso agradecer el gesto dedicando unas palabras en las que, dirigiéndose a productores y público, pidió: «No renunciéis a los sueños por el hecho de serlo. Todos pueden ser realidad si el sueño no se acaba».

La nueva indicación geográfica asturiana coloca a la región con cinco productos con esta distinción. Además de la miel, la tienen el queso Los Beyos, la Ternera Asturiana, el Chosco de Tineo y la Faba Asturiana. A estos hay que sumar los seis que tienen denominación de origen protegida: los quesos Cabrales, Casín Gamonéu y Afuega'l Pitu, el Vino de Cangas y la Sidra de Asturias. Además de autoridades, arropando al sector estuvieron, de hecho, los presidentes de las IGP Faba asturiana, Sergio Suárez, y del Chosco, Agustín Menendez, y el presidente de la DOP Vino de Cangas, José Maria Martínez.

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