Emilio González, ante la más moderna de sus naves, con un sistema especial de aireación por la construcción especial de su techo. FOTOS: ALBERTO SÁNCHEZ

«El nivel de formación del sector lácteo está bajando demasiado»

Rentabilidad. Emilio González regenta la mayor explotación láctea de Tineo, casi diez veces mayor que la media de Asturias, en busca de viabilidad

O. VILLA

Lunes, 20 de junio 2022, 02:03

Es una explotación familiar, en la pequeña y empinada población tinetense de San Pedro. Familiar, pero con tres empleados, aparte del propietario, Emilio González, y su esposa, con varias subcontratas trabajando casi permanentemente en la explotación. Familiar, pero con más de un millón y medio de euros en inversión. Familiar, sí, pero en estos momentos con nada menos que 305 vacas en producción láctea, que generan unos 12.000 litros de leche cada día.

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¿Para qué ha crecido tanto, y tan rápido, Casa Manolón? Lo cuenta el propio Emilio, que tiene hoy 48 años. «En 1999, cuando acabé la FP agraria en Tineo, teníamos de 15 a 18 vacas en la cuadra de la casa familiar». De ahí pasó a una nave con 60 vacas en ordeño. Poco después, en 2006, construyó una nueva nave y subió a 120 vacas, y para 2013, con otra nave más, volvía a doblar la cifra de madres en ordeño. La clave fue, siempre, la búsqueda de la rentabilidad. A la fuerza, ahorcan. Los precios de la leche nunca han sido altos, pero también es cierto que la industria prefiere recoger 24.000 litros de una sola vez en Casa Manolón cada dos días que enviar cubas refrigeradas a diez ganaderías del actual tamaño medio de las explotaciones lácteas asturianas. Porque la de Emilio González es hoy la mayor ganadería de leche del concejo que más leche produce. Y es diez veces mayor que la media de las explotaciones lecheras asturianas.

¿Esa 'patada a seguir' es rentable? Es obligada. El propio Emilio comenta que «cuando estábamos en 600.000 litros anuales la industria nos ofreció pagarnos cinco pesetas (tres céntimos de euro) más por litro si pasábamos del millón de litros. Hoy pasa de los cuatro millones de litros anuales, lo que debería servir para ganarse muy bien la vida, pero aún así él comenta que «vivimos de las ayudas» de la Administración, porque «incluso optimizando los costes y cobrando algo más que la media, y sobre todo en esta situación de estanflación en un mundo globalizado en el que cualquier cosa que pase en cualquier sitio nos afecta a todos, ahora estamos saliendo más o menos a pre de costes e ingresos».

En solo unos meses, por ejemplo, la alimentación de sus vacas ha pasado de costarle 7,25 euros día a pasar bien de 9 euros. Los animales en ordeño comen al día unos 22 kilos de silo de maíz, 4 kilos de silo de raigrás, 3 kilos de alfalfa ensilada, 3,5 kilos de alfalfa en rama y 14,5 kilos de concentrado. Y Emilio es de los ganaderos que tienen claro que «todo lo que inviertas en las vacas ellas lo agradecen con más producción. Por eso prefiero animales grandes y de perfiles correctos. Por eso uso semen sexado y genómica, que te garantizan que el 90% de los partos serán de hembras y que serán animales cada vez mejores».

Y por eso quiere ampliar, con pocas opciones, «porque aquí apenas hay terrenos válidos para ello», las 50 hectáreas que tienen para generar silo de reigrás y de maíz en el entorno de San Pedro. Necesitaría casi el triple de terreno para no depender de la compra de maíz leonés o reigrás foráneo y rebajar algo más sus costes, así, aún a costa de recortar más sus escasos días libres. «Mis últimas vacaciones, hace dos años, fueron cuatro días en Sanxenxo». Cerca de casa, por si acaso.

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Mejor ganado, mejores instalaciones (la nave nueva para las vacas secas, de recría y para dar espacio adicional a las de ordeño es obra «de Arturo, de Cimpro, que nos aconsejó hacer la nave más alta posible, de 6 metros en los laterales, con una apertura de un metro en el techo con una pendiente del tejado del 14% para soltar calor», porque eso aporta bienestar a las vacas, igual que los cubículos más amplios.

¿Es viable?

Al margen de la subida de precios del pienso, los combustibles y otras materias primas, que espera que sea coyuntural, Emilio ve varios problemas para la viabilidad de los 1.411 ganaderos que actualmente siguen entregando leche en Asturias.

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Uno, la falta de formación. «El nivel de formación del sector lácteo en Asturias está bajando demasiado, como nunca he visto. Se meten a invertir millones nenos que no saben ni sumar, que hacen un módulo de mecánica y que lo que quieren es coger los tractores, pero que no saben calcular un valor residual o un índice de rentabilidad».

Otro, la clásica guerra con el mercado, en el que Emilio González ve dos variables. La primera, la industria, que «salvando CLAS, es poco competitiva y lo único que hace es apretar más a los ganaderos. Él entrega toda su leche a la Central Lechera Asturiana, y «eso nos sitúa en ventaja respecto a otros, pero la central ha perdido la oportunidad de crear, con otras industrias del sur, un gran grupo lácteo nacional que pudiese negociar de tú a tú con la gran distribución». Y esa es la segunda variable: «La gran distribución, que creció de forma brutal e impone precios bajísimos y, si no aceptas, dice que trae la leche de donde sea». Aunque si alguna ventaja está aportando a los ganaderos la actual situación es una muy paradójica: «Nos estamos quedando sin leche. La gente vende vacas para carne para tener liquidez y llegar a fin de mes. Yo mismo lo estoy haciendo. Y esto no solo pasa aquí, está pasando en todas partes», de forma que la oferta de leche disminuye y eso podría tensionar los precios en origen al alza. De hecho, Emilio apunta que «por eso cierra Danone en Salas, porque empieza a faltar leche y porque no quiso entrar a la marca blanca de la gran distribución, que ha hecho mucho daño».

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