«Es casi la última oportunidad para salvar a todos los que somos el campo asturiano»

El campo asturiano revienta. Por la subida de costes. Por la congelación de los precios que recibe por sus productos (muchos de ellos sometidos a contratos anuales poco o nada abiertos a cambios coyunturales). Por la falta de servicios públicos de educación, sanidad, cobertura de telefonía móvil e internet y de infraestructuras de comunicación dignas (por solo citar algunas necesidades escasamente cubiertas).

Con el campo asturiano, y por causas muy asimilables, estalla el campo español, entendido como un todo socioeconómico, y esto ha llevado la generación de una ola que tendrá un momento de gran expresión el próximo domingo 23 de enero en Madrid, en la tractorada que Alma Rural, un conglomerado de asociaciones, sindicatos y plataformas del entorno rural español, está organizando en la capital.

En el Principado, la cabeza visible de Alma Rural es la plataforma Asturias Ganadera, que el pasado 29 de diciembre convocó una de las dos mayores manifestaciones vistas en la capital asturiana durante el año pasado. La otra, muy significativamente, también tuvo como protagonista a la sociedad rural. Concretamente, a los vecinos del suroccidente asturiano, que protestan por el superlativo que se puede añadir en su caso a todas las carencias mencionadas al principio.

El portavoz de Asturias Ganadera, Xuan Valladares, compagina su labor como concejal de Vecinos por Llanes con su trabajo en la explotación familiar de La Portiella, en la que en quince hectáreas de parcelas pindias y perladas de bosque autóctono, los Valladares sacan adelante una ganadería de vacuno de carne, ovino y caprino, todo ello obviamente en extensivo, y una coqueta casa de turismo rural de construcción muy fiel a la tradicional de la zona.

Es consciente Valladares de que «estamos casi ante la última oportunidad de salvar a todos los que somos el campo asturiano», entendido como un conjunto de actividades socioeconómicas con raigambre en el territorio. La alternativa, alerta el portavoz de la plataforma, sería «la que parece que algunos buscan: dejar el campo vacío, preparado para que lo ocupen empresas de generación eléctrica con parques eólicos y grandes firmas de agroindustria, que no son medio rural, sino que convertirán nuestro campo en una fábrica más, con inmigrantes mal pagados y sin vínculo ninguno con el territorio, con la pérdida cultural y económica que eso supondría para el campo y para la región».

Y ante este convencimiento, los miembros de Asturias Ganadera han comenzado a dar pasos. El primero, constituirse, esta misma semana, «en Organización Profesional Agraria para poder presentarnos a las elecciones agrarias si es que se convocan después de veinte sin hacerlo».

La queja de Valladares da pie a una explicación: «Los sindicatos agrarios se han convertido en valedores de una situación de inmovilidad, de acuerdo con las administraciones», de la que no culpa exclusivamente ni a unos ni a otros, pero que demuestra, en su opinión, que «es necesaria una remodelación intensa de la burocracia, para que no cueste cuatro meses cualquier trámite, y para que no sigan las redes clientelares».

Así las cosas, la unidad de acción con los sindicatos agrarios se antoja poco probable, por no decir imposible. Pero la propia esencia de Asturias Ganadera, como plataforma transversal y que agrupa a sectores rurales mucho más allá de lo que dicta su enunciado, se encuentra ahora ante la disyuntiva de qué pasos puede dar para optimizar su función en la defensa del campo asturiano y nacional. Además, Asturias Ganadera acaba de ser convocada por el consejero de Medio Rural a mantener una reunión sobre estos asuntos, lo que de facto implica que el Gobierno del Principado reconoce en la plataforma un interlocutor válido y cualificado en la defensa de los intereses del sector.

Las opciones a estudiar para el diseño de la estrategia futura de Asturias Ganadera son muchas y muy variadas. Desde los clásicos partidos municipales que se han demostrado útiles para la acción local hasta generar una organización política de entidad nacional que bien podría aglutinarse en torno a Alma Rural, bien de otra forma. La decisión no está tomada, y una piedra de toque esencial para tener datos que aclaren en qué dirección debe trabajar la plataforma estará el próximo domingo en manifestación convocada en Madrid, cuya organización le resta muchas horas a los días de Xuan Valladares en estas últimas semanas.

Queda mucho por evaluar, porque el movimiento Alma Rural «engloba desde cazadores a libertarios, a todo el tejido rural, sin demasiados miramientos, salvo cierto distanciamiento de lo más grotesco y el hecho de que no hay latifundistas». Su objetivo, con todo, es común: «Se trata de salvar al conjunto del entorno rural. Si eso se consigue, ya veremos luego cada uno cómo y hacia dónde se mueve».

Por de pronto, la junta directiva de Alma Rural ha propuesto a Asturias Ganadera como la interlocutora de las decenas de asociaciones que integran el movimiento para hablar con las Administraciones cuando el tema que haya que tratar esté vinculado al mantenimiento y desarrollo de la ganadería extensiva y familiar. Un primer paso.

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