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CH. TUYA / N. A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Martes, 3 de noviembre 2020, 02:13
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Ruina. Esa fue ayer la palabra más repetida entre los diferentes representantes del sector turístico asturiano. Propietarios de bares, de restaurantes, de alojamientos, de empresas de turismo activo, de agencias, de distribuidoras, cosecheros... Y todo el largo etcétera que conforma la industria del ocio asturiana repitió consigna: «Esto es la ruina».
La decisión del Principado de cerrar, desde mañana, toda la oferta turística ha supuesto «un mazazo», porque no viene de la mano «de un plan de ayudas».
En esa línea, el presidente de la patronal Otea, José Luis Álvarez Almeida, se pregunta «¿Cómo es posible que el presidente regional diga que escuchará nuestras peticiones antes de poner en marcha un plan de ayudas? Pero si las conoce desde marzo. Igual que presentó un plan sanitario, el Principado tenía que contar ya con uno de rescate al sector turístico».
En su opinión, «decretan cerrar como quien cree que se trata solo de bajar la persiana y adiós. ¿Qué pasa con toda la mercancía que tenemos? ¿Qué ocurre con las reservas? ¿Qué va a pasar con nuestros empleados? Todo esto se podía haber hecho mejor», lamentó.
Entre las cosas a mejorar, Álvarez Almeida incluye «el plan de ayudas. Ya dijimos en el confinamiento que los créditos de Asturgar no son la solución. Lo que necesitamos son ayudas directas, como están haciendo otros países europeos. O como se hizo en España con la banca: un plan de rescate en toda regla». De no haber una propuesta que incluya subvenciones a fondo perdido, asegura, «el sector se muere, que nadie lo dude».
Esa petición será la que Otea ponga esta mañana sobre la mesa en la reunión a la que está convocada con la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, y el vicepresidente del Principado, Juan Cofiño.
«Tienen que tener claro que no solo hacen falta ayudas directas, sino decisiones urgentes como impedir que las empresas nos sigan cobrando las mensualidades por emitir fútbol, ya que en los próximos días no podremos hacerlo al estar cerrados. Durante los tres meses de confinamiento también nos lo cobraron, sin que nadie haya devuelto nada aún», señaló el presidente de Otea.
Además de recordar que «45.000 familias están ahora en riesgo de quiebra», suma la exigencia de que «se aplacen o anulen el cobro de impuestos como el del IBI, que llega este mismo mes, así como tasas municipales o pagos de electricidad o agua. Si no tenemos ingresos no podemos pagar nada».
En esa línea, replica a la alcaldesa de Gijón, Ana González, que rechazó la rebaja del IBI para el sector turístico al alegar que «la inmensa mayoría no son propietarios, sino que pagan un alquiler, con lo que la rebaja del IBI solo beneficiaría al dueño del local». Para Álvarez Almeida, eso supone «no conocer al sector. El sector turístico está formado, en su mayor parte, por autónomos que tienen como patrimonio su local o su vivienda. Claro que necesitamos la rebaja del IBI».
Desde la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), por su parte, se recuerda que «hemos perdido una semana en decretar el cese de actividad. Lo tenían que haber hecho cuando lo pedimos: en el momento en que se decretó el cierre perimetral de Asturias y el de Gijón, Oviedo y Avilés, lo que dejó sin reservas a todos los alojamientos de la región», señaló la portavoz de la entidad, Ana Soberón.
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Recuerda ella, también, que la petición de supresión o rebaja de impuestos y tasas «es una reivindicación que llevamos planteando desde marzo» y que la Mesa de Turismo de Fade «ha vuelto a poner sobre la mesa del Ejecutivo regional. La situación es dramática», aseguró.
Un drama al que no le quita ni un matiz Silverio Argüelles. El propietario de la distribuidora de bebidas y alimentación Disceas, la principal del sector, considera que «es una ruina total. Depende del tiempo que lo estiren, pero para muchos esto es ir, directamente, al cierre».
Explica Argüelles que «si son quince días nada más, se podrán salvar algunos puestos de trabajo», pero en caso contrario «no habrá salvación». No entiende el propietario de Disceas «que no se tomen otras medidas para reducir la movilidad. El coronavirus no está en los bares y detrás de la hostelería hay muchos puestos de trabajo, proveedores, los comercios que están al lado...», y plantea que «lo mejor es reducir la movilidad, pero no la economía».
Una economía que también incluye a los productores de sidra. «No esperábamos esto», confesaba ayer un preocupado Tino Cortina. El presidente del Consejo Regulador de la Sidra explicó que «estamos en plena campaña de la manzana y tenemos que adivinar qué volumen de sidra necesitamos para el próximo año», algo muy complicado «en una situación como esta», sobre todo para un sector que, como el de la sidra «vivimos, sobre todo, de la hostelería».
Mientras en Oviedo los representantes del sector turístico, ya sea representados por Fade, ya por Otea, se reúnen con los portavoces del Ejecutivo de Adrián Barbón, en Gijón y Sama los hosteleros saldrán a la calle.
A las 11 horas, convocados por la plataforma Hosteleros con Conciencia, empresarios de ambas localidades se concentrarán ante sus respectivos ayuntamientos. Los de Avilés lo harán, también dentro de la misma plataforma, a las 18 horas. Las peticiones, las mismas que sus compañeros: ayudas directas y anulación de tasas y de gastos imposibles de pagar.
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