Renfe carece de trenes para cumplir su oferta de cercanías

El ferrocarril de proximidad sigue en declive y el Plan de Cercanías del Ministerio de Fomento está lejos de darle la vuelta que se esperaba. De los 42,3 millones que el presupuesto concedía a Adif y Renfe para ejecutar mejoras en Asturias el año pasado solo se invirtieron 14,7. En este contexto el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha dado un paso al frente publicando un diagnóstico exhaustivos de las cercanías. El documento, elaborado por el Grupo de Trabajo de Ferrocarriles de la demarcación asturiana identifica errores y mejoras a corto, medio y largo plazo. La mayoría ni siquiera requieren de importantes desembolsos.

El diagnóstico destapa la «falta de una política adecuada de gestión del conocimiento» que estaría «desprofesionalizando» la toma de decisiones. Lamenta que pese a que las cercanías muevan al 90% de los pasajeros son las redes de alta velocidad las que concentran casi todas las inversiones. La importancia del AVE está dando lugar además a la aprobación de normativas de seguridad pensadas para situaciones ideales y de alta velocidad, «sin incorporar salvaguardas o posibilidades de adaptación» a entornos diferentes. Eso provoca rigideces que hacen del ferrocarril un medio «menos competitivo».

Faltan trenes porque parte están de baja, la normativa para comprar repuestos retrasa la llegada del material y hay unidades tan viejas que directamente no tienen recambios en el mercado. A ello se añade la «mala organización de los horarios» en talleres, centrando su uso por la mañana que es cuando más ferrocarriles hay que tener circulando, lo que impide hacer un mantenimiento preventivo. Falta «confort» y los «problemas de climatización o aparición de goteras» se suceden «con demasiada frecuencia». La amplia variedad de tipos de trenes circulando se traduce además en un «excesivo tiempo de formación de los maquinistas».

Desde 2013 Feve y Renfe son la misma empresa pero mantienen billetes, tarifas y ventanillas separadas, y los horarios de sus trenes no se coordinan. «No se ofrecen desde hace tiempo horarios de mano» en ancho métrico e «incluso se escatima información a través de medios públicos ante la ocurrencia de incidencias». La falta de revisores hace imposible «conocer las cifras reales de viajeros en muchas paradas por falta de control».

Hay «fallos de planificación, o más bien, ausencia total de ella», dictaminan. Solo así se explica que el tren pase a 800 metros del HUCA sin tener parada o autobuses lanzadera a este centro que genera 35.000 viajes al día. O que la estación «provisional» de Gijón sume ocho años y solo uno de los buses urbanos pare en ella.

Como tratamiento, el informe publicado en la revista del colegio ve «imprescindible que se estudie una modificación de los horarios y servicios, de tal modo que se adecuen a la disponibilidad real de ofrecer servicios que se sabe de antemano que es imposible de realizar». Piden un plan de choque de reparación de unidades y valorar el alquiler de trenes. «Existen o existían varias unidades en País Vasco y Valencia que podían haberse utilizado para suplir las mermas», indican. Urgen un «cambio de política informativa» y «trabajo de formación y concienciación del trabajador para el trato con los viajeros», sobre todo cuando hay supresiones.

A medio plazo el programa de los técnicos pide «comenzar a trabajar en la materialización de un apeadero en las proximidades del HUCA», un reajuste de la cartelera para poner más trenes semidirectos y «estudiar la posibilidad de una línea de tipo circular», como los anillos ideados en su día para el descartado tren-tran.