José Manuel Fernández renuncia a presidir Transparencia tras la polémica sobre su sede

José Manuel Fernández, el alto funcionario del Principado propuesto por el grupo socialista para presidir el Consejo autonómico de Transparencia, remitió ayer una carta al presidente de la Junta General renunciando. Dice sentirse menospreciado por la polémica abierta sobre la ubicación de un organismo, cuya creación está prevista en una ley de 2018, y que sigue sin empezar precisamente por la falta de acuerdo político sobre quién debe liderarlo.

Fernández sugiere en la carta que cuando se le planteó el reto, la ubicación acordada para el consejo era Oviedo. El martes, durante la defensa de su candidatura, Ciudadanos le pidió su opinión sobre la opción de que el destino fuera Avilés. «El solo hecho de que se valore tal posibilidad sin que ni siquiera me fuera comentada previamente a la comparecencia lo considero un evidente menosprecio personal», refleja.

«El hecho de que se plantee una ubicación fuera de Oviedo me parece un error y un ataque a la independencia del consejo», mantiene en la carta. Fernández recuerda que en su comparecencia insistió en la escasez de medios con la que nacería el departamento, algo a lo que se añadiría «una sede inadecuada».

«Con esa ubicación, distinta de las que se valoraban en su momento tal como se me manifestó, se iniciaría la vida del Consejo alejándolo de su principal ámbito de actuación», señala, en alusión a las oficinas del Principado. Además, sacarlo de Oviedo supondría alejarlo «del núcleo y domicilio de la inmensa mayoría de los funcionarios del Principado que podrían prestar servicios en dicho órgano», reitera.

En la Junta, el ex director general de Justicia dijo que Avilés le suponía un problema de conciliación, al trabajar su mujer en Gijón y residir ambos en la capital. «Entiendo que no se debería cuestionar mi derecho, ni el de nadie, a la conciliación familiar y no tengo por qué disculparme por ser funcionario ni por ejercer un derecho que nos debería corresponder a todos», agrega.

«Ese derecho lo ejerzo yo, decidiendo trabajar en Oviedo, porque mi esposa, que afortunadamente y de momento también trabaja, no lo puede hacer», argumenta. Fernández lamenta los «simpáticos comentarios» que atribuye a la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín. «Me sorprende el empecinamiento en el desprecio a mi persona», indica.

«Tampoco me esperaba, y mi mujer (feminista convencida) aún menos, la falta de apoyo en esta situación del grupo que me propone y por, al menos, alguno de los órganos de la Administración del Principado, que desde el martes han guardado el más absoluto silencio», recrimina. En su opinión, el consejo debería «nacer limpio» y confía en que su renuncia lo aleje «de propuestas desafortunadas y se centre en su naturaleza y necesidades, emplazándolo en Oviedo».