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El despacho de la consejera de Cultura, Berta Piñán, en el edificio diseñado por Santiago Calatrava en Oviedo. ÁLEX PIÑA
«La última de las intenciones es que el asturiano sea una traba que impida un proyecto personal o profesional»

«La última de las intenciones es que el asturiano sea una traba que impida un proyecto personal o profesional»

Berta Piñán Suárez | Consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo ·

«Con la cooficialidad tendremos derecho a unas aportaciones del Estado y la UE»

RAMÓN MUÑIZ

OVIEDO.

Domingo, 13 de octubre 2019, 02:38

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Tiene ganas de hablar, previene. Escritora, profesora de instituto y optimista nata, Berta Piñán (Cangas de Onís, 1963) aceptó el cargo de consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo «por todo lo que se puede hacer» desde él. Lleva décadas difundiendo el asturiano pero a petición del entrevistador accede a responder en castellano para facilitar la transcripción. La suya es una apuesta por una cooficialidad sin imposiciones y lo desgranará durante hora y media. Cuando vienen mal dadas, abre un libro y lee poemas de la americana Mary Oliver. «El mundo es a veces hostil y recomiendo buscar momentos de sosiego en el arte».

-¿Cuáles son los tres mayores problemas de Asturias?

-Salir de la crisis y combatir ese pesimismo que nos victimiza pese a ser un pueblo cuya historia muestra mucha capacidad de restañar heridas y salir.

-¿Y el tercero?

-La igualdad, en el sentido de lucha contra la violencia de género y todo lo que representa.

-Muchos esperarían que situara el asturiano en la lista.

-Preguntó por problemas. La cooficialidad es un reto de la sociedad, que seamos capaces de esa conciliación y ponernos de acuerdo. Creo que no es nada difícil, aunque a veces llenamos las cosas de elementos de conflicto que en realidad no existen.

-Explíquese.

-Hay una parte de la sociedad a la que no le interesa nada el asturiano, pero eso no tiene que crear un conflicto con los que queremos tener asegurados nuestros derechos en la relación con la Administración. Se crea un conflicto donde no lo hay. Si no te interesa esto, nadie te va a obligar a hacer nada al respecto, es una cuestión de respeto mutuo.

-¿Será su principal reto?

-El mandato que hemos recibido es impulsar el ámbito de la lengua asturiana y es también un compromiso mío personal, que siempre he tenido posturas similares.

-Si en sus manos está, ¿ese impulso llegaría a que el asturiano sea oficial esta legislatura?

-Por supuesto.

-¿En qué se le queda corta la actual Ley de Uso?

-En algo que no se dice. La oficialidad de una lengua genera riqueza. Hay unos Presupuestos Generales del Estado destinados a las lenguas y hay presupuestos europeos también para eso. La Ley de Uso no se ha desarrollado lo suficiente, pero tiene un tope y no garantiza todos los derechos de los hablantes.

-¿Lo progresivo no sería terminar de desarrollar la Ley de Uso?

-Esa ley ayudó, pero en nuestro entorno vemos que el modelo eficaz para conservar, transmitir una lengua y garantizar los derechos de sus hablantes es la cooficialidad. Si ves un modelo de gestión eficaz en otros sitios no te pones a buscar otro.

-¿Está amenazado el asturiano?

-En las listas internacionales siempre sale amenazada. Una lengua que no se protege lo suficiente es una lengua amenazada, sí.

-El último informe de la Academia de la Llingua dice que en 1983 había un 12% de falantes y ahora son un 62%. ¿Cuál es la amenaza?

-La Ley de Uso sirvió para que entrase en la escolarización y tímidamente en los medios de comunicación pero no garantiza cierta comunicación con la Administración. No me garantizó hablar en asturiano el otro día en la Junta General ni presentar ciertos trabajos académicos en la Universidad. Lo que garantiza los derechos fundamentales y básicos es la cooficialidad.

-¿Pero qué amenaza a algo que progresa del 12 al 62%?

-Tendríamos un problema si después de tanto trabajo de décadas no hubiéramos conseguido este desarrollo. Hay hoy una especie de reconocimiento, los hablantes ya se reconocen como hablantes cuando hace un tiempo no lo hacían...

-Hablar asturiano tiene prestigio.

-Sí. Los jóvenes no identifican el asturiano como algo desprestigiado, de pueblo, sino con algo con lo que conviven perfectamente, como con el castellano, sin conflicto.

-Sigo sin entender por qué se dice entonces que está amenazada.

-El concepto de lengua amenazada no es el coloquial, se saca de una serie de estudios que no incluyen lo histórico. No porque haya más gente hablándola se considera que deja de estar amenazada. Una de las claves es que no se garantiza todos los derechos para usarla y en tema de derechos, cuando no se avanza hacia delante, malo. Si dejas de pedalear retroceden los derechos.

-¿Cómo se sintió cuando le impidieron hablar en asturiano en la Junta General?

-Los partidos que se opusieron escenificaron una intolerancia y falta de conocimiento de la sociedad a la que representan que me dejó asombrada. Fue una vulneración de derechos sobre una persona que escribe en asturiano y lleva toda la vida luchando por darle visibilidad.

-Era una guerra avisada. Les dijeron antes que no iban a transigir.

-Preveíamos que hicieran algo, pero no que me interrumpirían a los 30 segundos, sin comprobar si me entendían. Fue un posicionamiento ideológico, no real, que me resultó violento. Estábamos en la Junta, el sitio donde todo el día se habla de libertades y derechos; me pareció vulnerar todo ese espíritu que representa la democracia.

-¿Cómo define a los que se oponen a la cooficialidad?

-Hemos hecho una gran labor desarrollando una cultura de prestigio y hoy en Asturias cada vez hay menos colectivos que se oponen. Puede haber gente indiferente, pero los opositores que hay son ideológicos.

Modelo por desarrollar

-¿En qué comunidad autónoma podemos ver la cooficialidad con la que se sentiría cómoda?

-El modelo básico es una cooficialidad de todos, el que consensuemos. La implantación debe ser progresiva, generando acuerdo.

-¿Sería obligatorio en la escuela?

-No tenemos desarrollado el modelo concreto. Es prematuro decirlo.

-Para los funcionarios, ¿será requisito indispensable o mérito?

-Clarísimamente hay que hacer formación, como cuando llegan los ordenadores. El modelo tiene que basarse en una formación voluntaria e incentivada. No podemos decirle a la gente que venga a formarse y que luego eso no le sirva de nada.

-Ese incentivo, ¿no es una discriminación, positiva o negativa?

-No lo pondría en esos términos. Si das una formación pública, con oportunidades para todos de formarse, quien lo curse tendrá esa titulación y quien no lo haga tendrá otras.

-El 20,4% de quien vive en Asturias nació fuera, donde no se habla el asturiano. ¿No teme que la oficialidad desincentive la llegada de foráneos?

-En absoluto. Somos una tierra de acogida. La última de nuestras intenciones es convertir al asturiano en una traba que no permita acceder a un proyecto personal o profesional a alguien de fuera o dentro.

-Quien va a Cataluña, País Vasco o Galicia sin hablar sus idiomas tiene dificultades para ello.

-Tienes dificultades relativas. No podemos compararnos con ellos.

-Son ejemplo de oficialidad.

-Son realidades diferentes. En los mapas que se hacen para ver las lenguas que tienen problemas para entenderse, el euskera resulta ininteligible para el castellano pero el asturiano sale como una lengua con la que no tiene problemas de entendimiento. Tenemos esa ventaja.

-¿Cualquier persona de fuera que venga lo entenderá fácil?

-No sé si lo entenderá, pero no le costará más que un pequeño esfuerzo, como a los asturianos no nos cuesta más que un pequeño esfuerzo entedernos con lenguas romances.

-La Academia cifra en 20 millones el coste de la oficialidad. ¿Es asumible?

-No lo tenemos aún cifrado. A medio plazo tendremos un proyecto de cooficialidad y en él se dirá el posible coste y lo que nos va a a aportar en recursos directos e indirectos.

-Confía en que la cooficialidad logre dinero del Estado y la UE.

-No es que confíe, es que tendremos derecho a esas aportaciones, cosa que ahora no tenemos.

-El presupuesto actual para promoción del asturiano es de 1,7 millones. ¿Es escaso? ¿Qué haría con más?

-Con ese dinero se han hecho muchísimas cosas, en libros, teatro, colegios... Es un presupuesto que tiene sus limitaciones. Con el que consigamos el próximo año haremos lo que podamos y más, pero ahora estamos trabajando en ello.

-Anunció un consejo asesor de política lingüística «representativo de la sociedad». ¿Tendrán sitio los contrarios a la oficialidad?

-Será representativo de la sociedad implicada. Habrá personas menos marcadas, pero serán personas que sumen y aporten. No se hace un consejo para restar.

Lea la entrevista íntegra en la edición impresa de EL COMERCIO y en Kiosko y Más.

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