El AVE conecta con la octava capital en el Mediterráneo y sigue sin llegar al Cantábrico

España estrenó ayer 126 nuevos kilómetros de línea de alta velocidad tras una inversión total de 1.675 millones. El esfuerzo sostenido durante años permitió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inaugurar el AVE Antequera-Granada, acompañado del ministro de Fomento, José Luis Ábalos. El tren tardó tres horas y 22 minutos en cubrir la ruta entre las estaciones de Atocha y la de Andaluces, en la ciudad de la Alhambra.

Desde que en 1988 un Gobierno de Felipe González aprovechara la necesidad de modernizar la red ferroviaria española para decidir que se ejecutara en ancho internacional y alta velocidad, son ya 3.410 los kilómetros de vías tendidas. España se reafirma como el segundo país con más líneas de alta velocidad, tras China, y lo hace con una inauguración que llevó al presidente del Gobierno a la primera comunidad autónoma que se benefició de semejante apuesta, Andalucía. La región ahora gobernada por el PP tiene ya cuatro de sus ocho capitales provincias enganchadas a la red de alta velocidad, un avance al que todos los mandatarios confirieron beneficios sin discusión.

La llegada del AVE «es una victoria sobre el tiempo que supone más empleo, turismo y desarrollo económico para Granada, Andalucía y el conjunto del país», dijo Sánchez. «Cada euro que se invierte en infraestructuras tiene una traducción directa en prosperidad», abundó.

Lo cierto es que el mapa de la alta velocidad muestra notorios desequilibrios. Con la de ayer son ocho las capitales de provincia de la fachada mediterránea que se aprovechan de los beneficios del AVE. En el Cantábrico, por ahora, la alta velocidad sigue en obras y proyectos. El País Vasco confía en poder subirse al tren en el año 2023, mientras en la línea asturiana se avanza en culminar la variante de Pajares el año que viene y se han aparcado todos los estudios del tramo Lena-Oviedo-Gijón. En la fachada atlántica La Coruña y Santiago de Compostela están incluidos en el sistema, si bien como 'isla' a la espera de enlazar con Madrid.

El ministro, en funciones, José Luis Ábalos aseguró ayer que las inversiones de su departamento no solo «conectan pueblos y territorios, dinamizando sus economías, sino que son claves para consolidar un sentimiento de pertenencia a un proyecto colectivo como nación». A su juicio «la gestión de las infraestructuras debería promover sentimientos de solidaridad y de orgullo colectivo, no de agravio comparativo. Las infraestructuras deben unirnos, en ningún caso separarnos».

La falta de servicios pasantes entre Chamartín y Atocha y el hecho de que la cartelera solo tenga tres frecuencias diarias entre Madrid y Granada complican a los asturianos beneficiarse de la conexión.

Quien mañana quiera llegar en ferrocarril hasta Granada debería de salir a las siete de la mañana de Sanz Crespo (o media hora después desde Oviedo), coger un cercanías hasta Atocha y adquirir un segundo billete para alcanzar la ciudad de la Alhambra a las 17.52 horas. El precio de este segundo trayecto tiene una promoción ahora de 35 euros, pero tras el 15 de septiembre el sencillo subirá hasta 80,3 euros.