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Luis Barriga, en una visita anterior al Principado. PABLO LORENZANA
Luis Alberto Barriga: «La lucha partidista es peor que tosernos sin mascarilla»

Luis Alberto Barriga: «La lucha partidista es peor que tosernos sin mascarilla»

Luis Alberto Barriga Martín. Director del Imserso ·

«Estamos trabajando ya en rediseñar el nuevo programa de viajes para poder ponerlo en marcha en cuanto la pandemia lo permita»

EVA FANJUL

GIJÓN.

Lunes, 5 de octubre 2020, 01:04

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Cuando se declaró la pandemia, Luis Alberto Barriga Martín (Torrelavega, 1966) llevaba poco más de un mes como director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Desde entonces, sus sensaciones han ido parejas a las gráficas de los efectos de la covid: «Desbordamiento inicial cuando parecía que llegábamos tarde a todo, un tiempo precioso para pensar y ordenar las cosas entre junio y agosto y una vuelta a la preocupación, pero con mucho más control en estos momentos». Mañana compartirá la experiencia de estos ocho intensos meses con los decanos de las facultades sociosanitarias de la Universidad de Oviedo. Será en una de las sesiones previas al III Congreso Norbienestar (abril de 2021). En ella abordarán los retos que plantea la covid en la formación de futuros profesionales sociosanitarios.

-Vuelve usted a participar en Norbienestar...

-Lo conozco desde hace años. Es siempre un placer acercarse a un congreso que aúna a los agentes del sector y que permite analizar la situación con un enfoque siempre muy abierto a las novedades y plural en su planteamiento.

-¿Qué cambios en el modelo de atención plantea la covid?

-La pandemia no ha hecho si no agudizar y hacer aflorar problemas estructurales de los modelos de atención y cuidados no solo en España sino en todos los países desarrollados. La fragmentación y falta de coordinación de respuestas, los efectos de no invertir lo suficiente o de recortar en las políticas de cuidados y, lo que es más grave, la vulneración de los derechos y dignidad de las personas cuando son más vulnerables han aflorado descarnadamente.

-¿Entonces?

-Los cambios han de ser entonces muy profundos y dirigidos al incremento sustancial de la inversión tanto en sanidad como en servicios sociales no sin modificar la gobernanza de dichos sistemas para que se coliguen y se adapten a las necesidades de las personas y no al revés, como hasta ahora.

-¿Qué papel juega la Universidad ante esta crisis?

-En estos momentos es imprescindible alinear las investigaciones y especialmente las del ámbito social. Para mí, tiene tanta o más trascendencia la investigación farmacológica hacia tratamientos o vacunas como la dirigida a analizar los efectos inmediatos del aislamiento social en personas con demencia. Ahora mismo, los grupos de investigación transdiciplinares juegan un papel crítico. Esta batalla se ganará desde el conocimiento.

-¿Qué perfiles profesionales necesitan una mayor adaptación?

-Ninguno se libra de aprender de esta crisis. Y el primer aprendizaje es que ningún especialista tiene la respuesta o la batuta de la orquesta. La batuta está en cada persona atendida y los especialistas conforman la orquesta. Pueden ser solistas en ocasiones, pero sin armonía entre ellos no habrá música sino ruido. Pero también me preocupa otro perfil profesional, no universitario, pero absolutamente esencial que es el de cuidados directos. Auxiliares, gerocultoras y cuidadoras.

-¿En qué sentido?

-Este personal, de nuevo altamente feminizado, es que el que más valor añadido aporta en forma de buen trato, de caricias, de profesionalidad y de conocimiento real de las personas y sus necesidades. Sin embargo, es el peor tratado en la base de la pirámide de los cuidados. Se las ha desprestigiado injustamente y son el punto crítico de contacto entre sistemas de protección y personas atendidas. Esa fuerza de trabajo ha de ser mimada, capacitada, reconocida laboral y salarialmente y prestigiada socialmente de inmediato.

-¿Están las residencias preparadas para prevenir contagios?

-Sin duda. Las lecciones de la primera oleada -algunas durísimas- han hecho que todos los agentes del sector estemos más preparados. Aún quedan abordajes que hacer a nivel general, pero todos trabajamos intensamente para que no se repita el escenario que tuvimos entre marzo y mayo.

-¿Hay suficientes medios materiales y asistenciales?

-En una pandemia como esta, nunca son suficientes. Precisamente, por eso es tan importante organizar el aprovechamiento racional de lo que se tiene y eso requiere articular los niveles administrativos y los agentes intervinientes en protocolos comunes y coherentes.

-¿Qué es lo que más preocupa?

-Me preocupa y me ocupa la correcta articulación entre servicios sociales y sanitarios, así como la humanización de las medidas que se adopten para proteger a las personas. También me preocupa que no nos podemos permitir perder la alianza necesaria con la ciudadanía, cuya complicidad es esencial para contener la transmisión. Emborronar los mensajes y las decisiones clave de salud pública con luchas y postureos partidistas es peor que tosernos a la cara sin mascarilla.

-Han suspendido los viajes del Imserso hasta el otoño de 2021. ¿Por qué todo un año?

-Aparte de las enormes dificultades de índole organizativa y contractual en este contexto, piensen que se gestionan millones de solicitudes para 900.000 usuarios; 25.000 viajes en grupo; ocho millones y medio de pernoctaciones, lo primordial ha sido que en el Turismo Social del Imserso confluyen tres elementos críticos: movilidad por todo el país, viajes en grupo y mayor vulnerabilidad de las personas mayores a la enfermedad covid-19. El Gobierno ha adoptado una decisión muy dolorosa para el sector turístico, pero honestamente inevitable y basada en la prudencia y en la seguridad de las personas.

-¿Se podría revisar?

-Estamos trabajando ya en rediseñar el nuevo programa para poder ponerlo en marcha en cuanto la pandemia lo permita. Al desarrollarse en temporada baja turística, contribuía a mantener el empleo estacional. Puede que cuando haya seguridad para realizarlo sea uno de los programas que impulsen la recuperación. Ojalá sea así pronto.

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