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PEPE G.-PUMARINO
Domingo, 10 de enero 2016, 00:19
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Los efectos de los temporales pueden poner en riesgo el importante patrimonio arqueológico del castro de El Castiello, situado en la costa de la parroquia de San Martín de Podes. La asociación de vecinos está preocupada por la situación y ha dado la voz de alarma, reclamando al Principado que adopte medidas urgentes para garantizar la protección del castro.
Llevan ya varios meses buscando una solución. En septiembre, el arqueólogo Alfonso Fanjul presentó ante la Consejería de Cultura un proyecto de prospección del castro. El objetivo, realizar un trabajo de investigación en la zona para evaluar los restos existentes antes de que la erosión pueda generar la pérdida de estos materiales. Esto sucedió ya con la desaparición de elementos de gran interés arqueológico, como un conchero de la Edad del Hierro. Según explica Fanjul, la idea pasa por «realizar una recogida de materiales en la superficie, para efectuar un estudio de los mismos antes de que se puedan perder durante invierno. Estos trabajos podrían aportar una información de la vida existente en el castro». Fanjul, que solicitó a la consejería una actuación urgente, recordó que el mar ya se tragó un conchero prehistórico que contenía fragmentos de cerámica prerromana.
El también doctor especialista en la cultura de castros espera ahora una respuesta por escrito de la Comisión Permanente de Patrimonio Cultural de Asturias. «Hasta ahora la única respuesta que obtuve fue de manera oral, rechazando el proyecto. Las razones expuestas fueron que la prioridad pasa por actuar en la protección y estabilización de los frentes del castro deteriorados». El especialista lamenta esa respuesta. Considera que es contradictorio que la consejería rechace una actuación que el pasado año se llevó a cabo en Teverga con excelentes resultados.
Además, Alfonso Fanjul recuerda que esa actuación se realizó autofinanciada, «como la que ahora planteamos en Podes, y sirvió para desarrollar un estudio completo con la participación de especialistas, incluso de la Universidad de Oviedo, obteniendo grandes resultados como la recuperación de los restos de una granja de la Edad del Hierro, que prueba que los astures no vivían sólo en castros sino que también tenían granjas». Los resultados será presentados en breve.
Así las cosas, el arqueólogo lamenta los retrasos en la autorización de los estudios. «De los cientos de conchas que había hace poco tiempo ahora solo quedan unas pocas, además de un tipo de molusco que servía para la elaboración de tintes a los habitantes del castro. Unos materiales que permitirían estudiar aspectos de la vida de los astures».
Técnicos de la consejería realizaron en noviembre y diciembre una inspección en la zona para evaluar la forma de actuar preventivamente. Otro problema administrativo añadido es que su emplazamiento se encuentra sujeto a las restricciones que supone ser Paisaje Protegido, por lo que precisa de otras autorizaciones.
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