Carreño abre sus hórreos y paneras para promover la integración laboral y social

El presidente de la Junta General del Principado, Marcelino Marcos Líndez, y varios diputados parlamentarios pudieron disfrutar ayer de esta visita en la que estuvieron acompañados por la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, y varios concejales.

Líndez destacó «la singularidad del proyecto, que nos está demostrando cómo se lleva a cabo un proceso de integración laboral en el ámbito turístico del patrimonio etnográfico con personas con diversidad funcional».

Para el presidente parlamentario es importante que «iniciativas como esta se exporten a otros municipios y se puedan incorporar muchas más personas con discapacidad al mercado laboral». Para ello, «la implicación del Principado y de los ayuntamientos es fundamental».

La visita estuvo guiada por Christopher Mitchell y Belén Rodríguez, primeros participantes de esta iniciativa, que a partir de septiembre se abrirá a otras quince personas gracias a la implicación del Principado y la Fundación Asturiana de Atención y Protección a Personas con Discapacidad o Dependencias (Fasad). Por el momento, la actividad estará limitada a usuarios de Carreño, Gozón, Llanera y Corvera, aunque en un futuro podría abrirse a más concejos.

La primera visita tendrá lugar este domingo. Se realizarán durante todo el mes de agosto, a las 11 horas, con la posibilidad de volver a repetirla a las 12.45 en el caso de que se complete el aforo. La actividad está limitada a quince personas, sin contar los menores de seis años. En el caso de grupos de más de diez personas podrán solicitar hacerlas en otro momento, en horario de tarde y siempre que haya posibilidad.

Las reservas deben realizarse a través de la página horreosdeasturias.es. El precio es de diez euros para adultos y seis para niños de entre 6 y 12 años. Los más pequeños podrán realizarlas de manera gratuita.

El recorrido comienza en el centro de iniciativa rural del Monte Areo. Los cuatro hórreos y paneras que se visitan se encuentran instalados en fincas de particulares, que han accedido a abrir las puertas de sus casas para que la ciudadanía pueda acercarse a conocer en profundidad este patrimonio etnográfico.