Los criadores de pita pinta advierten sobre el peligro de desaparición de la raza

La muestra recoge 480 ejemplares de estas aves y también de otras nacionales y extranjeras. Su presidente, Emilio Martínez Martínez, considera que esta exposición «es muy importante para dar a conocer y promocionar una apuesta firme por el sostenimiento de la raza pura en un momento muy delicado. Y esto se debe al avance de los ejemplares híbridos cruzados que desvirtúan la calidad y contribuyen a su progresiva desaparición si no se toman medidas». El sector de criadores se siente desprotegido por parte de la Administración, que «no entiende de esto y es la culpable por consentir ese tipo de prácticas a la hora de ejercer los controles que se precisan para evitar este tipo de alteraciones genéticas», añadió.

De las cuatro variedades expuestas, la negra moteada de blanco, la roxa moteada de blanco, abedul y blanca, que son las reconocidas por el Ministerio de Agricultura, todas ellas cumplen con patrón racial, es decir, que su genética es la que se debe preservar. Este es el cometido de la asociación de protectores, encargada del fomento, promoción y difusión de la raza pura.

Una de las principales cualidades de la pita pinta es que, debido a su crecimiento lento, su carne es muy apreciada. «Por citar un ejemplo, un pollo de una gran superficie precisa para criarse entre 40 y 50 días, mientras que una pita pinta lo hace entre 10 o 12 meses, y por tanto, la diferencia es muy grande en cuestión de costes», explica Emilio Martínez. En cuanto a la producción de huevos, los parámetros son diferentes a favor de esta raza, que tiene un promedio anual en torno a los 220 huevos, muy lejos del centenar de las ponedoras de raza cruzada.

En cuanto a la producción y comercialización de ejemplares, «en la actualidad son muy pocos los criadores, pero agotan todo lo que comercializan».