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ALICIA GARCÍA-OVIES
LUANCO.
Martes, 18 de junio 2019, 00:28
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El Cristo del Socorro saldrá hoy de la iglesia parroquial de Santa María de Luanco, donde descansa a la espera de que los vecinos de la villa marinera lo saquen en procesión cada mes de febrero, para ser restaurado. La imagen, concretamente la madera de la cruz, se ha visto afectada por la carcoma, por lo que es necesario realizar un tratamiento especial para asegurar su futuro y no tener que acabar sustituyéndola. «Al parecer, esta es la mejor época para acabar con la carcoma, por eso hemos decidido contratar ahora su rehabilitación», explica el párroco, Alejandro Rodríguez. El coste de la actuación es de 1.500 euros y tendrá una duración aproximada de tres meses.
La rehabilitación correrá a cargo de un taller especializado de Oviedo, el cual ya se encargó en su día de la restauración del retablo de la iglesia luanquina. Los trabajos consistirán en la aplicación de un tratamiento para eliminar la carcoma que está atacando la pieza. Además, se limpiará en profundidad la imagen del Cristo para eliminar todas las impurezas que hubiese podido ir acumulando a lo largo de los últimos años, así como la renovación de los elementos más deteriorados. «El Cristo del Socorro es muy importante para los vecinos de Luanco. Es algo muy simbólico, por eso queremos devolverle el brillo original», afirmó el párroco.
Desde la iglesia se ha informado en todo momento a los feligreses, con el fin de que la falta de la imagen, que estará fuera del templo durante casi tres meses, no suponga una sorpresa para los mismos. Quienes no podrán disfrutar de ella serán los cientos de turistas que durante los meses de verano se acercan a la villa marinera y aprovechan para contemplar el interior del edificio religioso.
La restauración de la imagen se llevará a cabo más de una década después de la última. En esa ocasión, se desarrolló una actuación completa en cuatro de los cinco retablos de la iglesia. La talla central data del segundo cuarto del siglo XVIII y fue costeada por el gremio de pescadores para colocar la imagen de la que por entonces era la patrona de la cofradía, la Virgen del Rosario.
Fue en el año 1776 cuando, durante una gran tormenta, las mujeres del pueblo decidieron sacar la imagen del Cristo de la iglesia para pedirle que los pescadores volviesen en perfecto estado. Tras varias horas, las veinte embarcaciones acaban llegando al puerto una a una con todos los tripulantes a salvo.
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