Celso Pérez Torre. E. C.

Fallece Celso Pérez, quien regentó las discotecas Marsol y Reflejos de Candás

El empresario tuvo también una larga trayectoria en Gijón, donde gestionó la Gizeh y el famoso local-barco Príncipe de Asturias

ALICIA GARCÍA-OVIES

CANDÁS.

Miércoles, 8 de diciembre 2021, 01:20

Celso Pérez, uno de los empresarios más destacados del sector nocturno en los años ochenta, falleció el lunes a los 69 años. Su trayectoria en el mundo de la hostelería lo llevó a estar al frente de algunas de las discotecas más populares tanto de Candás como de Gijón, aunque en los últimos años había dirigido su trabajo a un ámbito totalmente diferente, la joyería, como propietario de C&C Joyas, en la Acerona gijonesa.

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«Muy trabajador, con mucho criterio y muy buena conversación», forjó, con el apoyo siempre presente de su esposa, Mari Carmen Martín, muchos negocios de gran éxito. Natural de Perlora, su trayectoria empresarial comenzó de la mano del aparejador Ángel Rodríguez en la calle gijonesa Marqués de San Esteban, aunque poco tardó en introducirse de lleno en el mundo de la hostelería. Su mayor auge empresarial lo tuvo en Candás, donde regentó durante varios años los locales Marsol y Tanos (posteriormente Reflejos), dos de las discotecas más importantes de aquella década.

La villa marinera era conocida entonces por su fiesta, por su ambiente y hasta a ella se acercaban cientos de personas de toda la región. Un escenario del que poco queda a día de hoy y en el que Pérez jugó un papel destacado gracias a su «buen hacer» y su visión para los negocios.

Era también «amante de la buena mesa y de compartirla con sus amigos». Quienes coincidieron con él en su época en Candás recuerdan como habitualmente terminaba las noches cenando junto con el resto de la plantilla del Reflejos en una sidrería de la zona.

Posteriormente, trasladó sus negocios a Gijón, donde abrió la sala Gizeh y la discoteca-barco Príncipe de Asturias. El navío, conocido primero como 'Ciudad de Algeciras', había sido adquirido por la Asociación Asturiana de Capitanes de la Marina Mercante que, carente de ayudas económicas externas, debió recurrir a su explotación hostelera. Una decisión que Pérez supo aprovechar. Por el local pasaron durante los años que estuvo abierto cientos de clientes, tanto de Gijón como del resto de Asturias, y muchos son los que a día de hoy aún se acuerdan de las horas que pasaron entre sus paredes.

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Sportinguista fiel

En los últimos años, ante la decadencia del sector nocturno, cuyo perfil ha ido cambiando considerablemente, decidió dirigir su trabajo a un sector totalmente distinto, el de la joyería. De esta forma, abrió C&C joyas, el que fuera su último negocio antes de retirarse.

Pero, además de un trabajador nato, Celso Pérez fue «un sportinguista hasta el final; sabía que le quedaba poco y aún así sacó su abono anual». Además, junto a su mujer, formó «una buena familia». Tuvo dos hijos, Mario y Diego, y dos nietos, Carolina y Álvaro.

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Pérez fue incinerado ayer en el tanatorio de Cabueñes, después de la celebración de la Palabra de cuerpo presente en la propia capilla del edificio.

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