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A. G.-OVIES
LUANCO.
Lunes, 17 de diciembre 2018, 01:57
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Los vecinos de la localidad de Ferrero, en Gozón, celebraron ayer sin ningún contratiempo su tradicional subasta de la xata. La organización solicitó por primera vez un permiso a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, tras la denuncia presentada ante la Guardia Civil que obligó a suspender el evento la semana pasada en Manzaneda. La vaca, de siete años, y un ternero de tres meses, fueron finalmente adquiridos por un vecino del concejo por un valor de 2.700 euros.
La organización quiso dejar claro desde el primer momento que la subasta contaba con el apoyo del Principado y que disponían de los papeles que así lo confirmaban. El sistema empleado fue el mismo que en años anteriores. El precio de partida de la puja era 2.350 euros, que fue aumentando según las ofertas presentadas. El ganadero que obtuvo el lote cuenta con un plazo de once meses para pagarla, siendo la fecha máxima el 16 de noviembre de 2019.
Esta tradición, arraigada en muchas parroquias de la zona rural de la región, nació en Ferrero en los años 40, cuando el cura de entonces de la localidad donó una xata para subastarla. El objetivo era y sigue siendo el mismo: conseguir fondos para el pueblo y contribuir con ellos a la organización de fiestas y otras actividades que desde la asociación vecinal desarrollan a lo largo del año.
Los vecinos de la localidad se mostraron ayer contrariados por lo sucedido hace una semana en Manzaneda. «Es algo que se lleva haciendo desde hace muchísimos años y el animal no sufre ningún tipo de daño. La vaca viene directamente de la ganadería y en cuanto acaba la subasta la trasladan a otra», explicaron. Los asistentes lamentaron que en la parroquia vecina no fuera posible realizar la subasta -que existe desde hace más de cuatro siglos-, pero aplaudieron que sí se llevase a cabo en Ferrero como en otras ocasiones.
La presencia de la Guardia Civil sorprendió el pasado sábado a los vecinos de Manzaneda cuando se disponían a subastar la xata coincidiendo con el día grande de las fiestas de La Purísima. Dos agentes de la Benemérita interrogaron a los miembros de la organización sobre la actividad. Finalmente, con el fin de evitar problemas, se decidió volver a enviar al animal a la explotación ganadera de procedencia. La propia Consejería de Desarrollo Rural explicó entonces a este periódico que no existe prohibición alguna para esta actividad y ayer quedó patente.
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