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ALICIA GARCÍA-OVIES
VILLAVICIOSA.
Martes, 14 de mayo 2019, 00:43
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Judith Obaya es una mujer todoterreno. La palabra rendición no entra en su vocabulario y siempre está buscando nuevos retos a los que enfrentarse. «No sé estar parada», reconoce. Tras haber probado suerte con la moto y la bicicleta, ahora la policía maliaya ha decidido intentarlo con la piragua. A finales del próximo mes de junio intentará sumar un éxito más a su larga lista cruzando el canal de Castilla en paracanoe sin realizar ninguna parada. Es decir, remando sin descanso durante casi 50 horas.
El canal de Castilla recorre parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid. Será allí donde la maliaya acabe un recorrido que la obligará, en uno de los tramos, a remar en dirección contraria. Un importante esfuerzo para el que lleva preparándose ya varias semanas, entre cuatro y cinco horas diarias, a pesar de haber sufrido una rotura de fibras del femoral. «Eso no me va a quitar de hacerlo, lo único que estoy centrando los entrenamientos en la parte superior, tronco y brazos», explica.
Para este reto, Obaya ha tenido que sacarse la licencia federativa oportuna para poder entrenar en la ría de Villaviciosa. El material, por su parte, se lo han cedido desde el club de piraguas El Gaitero. «Cuando estoy en Asturias me ayudan dándome lecciones sobre cómo aguantar mejor sobre el paracanoe o cuál es la mejor técnica. A lo largo de mi vida debí meterme tres veces en la ría, pero por suerte aguanto bien en la piragua», reconoce.
Su intención es poder cruzar el canal a finales de junio, cuando las noches son más cortas. «El recorrido que hice en bicicleta desde Madrid hasta Oviedo me enseñó muchas cosas, entre ellas lo duras que son las noches. La primera la aguantas bien, pero a partir de la segunda ya empieza a costar más porque no hay nada que te distraiga. Por eso he buscado una fecha en que la mayor parte del recorrido la haga de día», explica. Asimismo, como en otros retos, necesitará contar con un coche de apoyo que le lleve la comida y el material que pueda necesitar durante el trayecto.
La maliaya se marcó hace un año volver a cruzar el Sáhara occidental, ésta vez corriendo, tras haberlo hecho ya en moto y en bicicleta. La falta de financiación le ha obligado a retrasar la aventura, aunque no ha mermado sus ganas de seguir superándose. «No lo he olvidado, pero reconozco que requiere mucha financiación que no es fácil de encontrar. Aún así, no me rindo y seguiré buscando apoyos para poder realizarlo», asegura. Su objetivo es poder cruzar 1.600 kilómetros, los que separan el norte del sur, en «cuarenta maratones».
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