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Sanz saluda a los niños que acudieron a la misa en Miravalles. A. G.-O.
«Hay quien tiene miedo a Dios, como a un agente de tráfico»

«Hay quien tiene miedo a Dios, como a un agente de tráfico»

Jesús Sanz Montes visita Miravalles en la primera parada de su visita pastoral al Arciprestazgo de Villaviciosa y se mostró cercano con los vecinos

ALICIA G.-OVIES

VILLAVICIOSA.

Domingo, 19 de noviembre 2017, 04:48

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Cariñoso, cercano y bromeando con los más pequeños. Así se mostró el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, en la primera parada de la visita pastoral que inició ayer al Arciprestazgo de Villaviciosa. En la localidad maliaya de Miravalles -perteneciente a la unidad pastoral de Selorio-, su presencia se convirtió en todo un acontecimiento. Los vecinos agradecieron su asistencia ya que hacía 30 años que un alto cargo del clero no visitaba la parroquia. Fue en 1987 cuando acudió don José Sánchez, quien por aquel entonces era obispo auxiliar. «Lo esperábamos con muchas ganas», reconocieron.

Para Sanz Montes era la primera vez que estaba en la parroquia. Durante la misa se dirigió a los feligreses a quienes comentó que «aunque seguramente no me conocéis, aunque ya llevo siete años en Asturias, siempre me dicen que al natural, mejoro mucho». También ofreció un trato muy cercano a los más pequeños, a quienes les explicó el porqué de su vestimenta, compuesta por el báculo, la mitra y el anillo. Otro detalle que les «prestó» a los niños fue que les contase que «todas las mañanas, en pijama, lo primero que hago es arrodillarme, besar el anillo y bendecir al pueblo».

El arzobispo aprovechó su encuentro con el pueblo para animar a la ciudadanía a mantener la fe y seguir la palabra de Dios, sin temerle. «Ha habido gente que tenía miedo de Dios, como si éste fuera un Policía de tráfico. Esa vivencia no es cristiana», aseguró. Agradeció, además, a sus «hermanos sacerdotes» que lleguen donde él no puede llegar.

Monchu Noriega fue uno de los vecinos que acudió a la visita. También había estado en la que organizaron en 1987. «Entonces lo recibimos con un arco del triunfo a la entrada y vino mucha más gente que ahora», apuntó. El vecino lamentó que con los años el número de residentes en la parroquia haya disminuido como consecuencia del despoblamiento rural.

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