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ALEJANDRO L. JAMBRINA
SOTO DEL BARCO.
Miércoles, 8 de junio 2022, 02:00
La historia milenaria que se escondía en las entrañas del concejo de Soto del Barco empieza a aflorar y vestigios de épocas pasadas como el castro de L'Atalaya, ubicado en la localidad de Ponte, se protegerán como se merecen. La estructura, restos de una antigua fortificación con más de 3.000 años de historia, pasará a incluirse en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias, con la categoría de 'Yacimiento Arqueológico Inventariado'.
Este paso que da ahora Patrimonio culmina una petición iniciada por el Ayuntamiento de Soto del Barco el pasado mes de noviembre. El trámite permitirá delimitar un entorno de protección provisional hasta que las administraciones públicas competentes decidan si procede llevar a cabo algún proyecto de recuperación de los restos, que ocupan prácticamente una hectárea de superficie en una loma y en estos momentos no son apenas visibles, ni en superficie ni desde el aire.
Tal como adelantó este periódico en su momento, el hallazgo se produjo a principios del año pasado gracias al uso de un sistema avanzado de satélite mediante capas que detectó formas extrañas en la loma en cuestión, que se ubica en la parroquia rural de Ponte.
Tras un estudio preliminar, se confirmó la presencia de lo que parecen antiguas edificaciones, que hoy se cree que podrían haber sido defensivas y se estima que podrían pertenecer a la transición de la Edad de Bronce y la primera mitad del la Edad del Hierro, es decir, hace más de 3.000 años.
Según los informes elaborados por Patrimonio, el yacimiento en sí está emplazado en una «amplia loma de superficie amesetada» y cuenta con dos estructuras anulares concéntricas y de planta ovalada, «en claro contraste con el resto de las morfologías agrarias circundantes», que serían los restos del típico castro de planta circular tradicional en la región.
Gracias a las imágenes tomadas mediante satélite también se llega a apreciar lo que podría haber sido una estructura perimetral amurallada e incluso un foso de protección, según los expertos.
Cuenta, además, con taludes de tierra «de cierta envergadura» que ocupan un área de una hectárea, que afecta hasta a una veintena de propiedades y se ubica en una loma de superficie amesetada y cota de 146 metros sobre el nivel del mar.
«Los vestigios deben interpretarse como cierres de naturaleza defensiva, constituidos por el binomio foso-talud, que responden a los patrones propios de los castros», especifica el informe final, que reconoce que «una intensa actividad agraria en el pasado, sin perjuicio de otras causas, puede explicar el desvanecimiento de las estructuras, en origen monumentales, en la topografía del terreno».
Cabe destacar el importante papel del Ayuntamiento de Soto del Barco en este proceso que rodea la protección del castro, que no ha sido para nada testimonial pues fue el equipo de gobierno el que peleó por la inclusión del complejo histórico de L'Atalaya en el inventario para su protección.
De hecho, desde el Ayuntamiento llevan tiempo pidiendo ayuda para llevar a cabo otras excavaciones en el concejo, en concreto las de Murias de Ponte, una villa de la época tardo-romana de la que se conservan restos de paredes y cimientos, un aljibe, un mosaico y ladrillos.
El área ocupada fue descubierta en 1794 por Juan Antonio Bances, no llega a media hectárea ocupada y en la actualidad es utilizada simplemente como pradería, pero desde el gobierno local abogan por su recuperación y promoción patrimonial.
Este nuevo trámite pone fin a la vía administrativa, pese a que Patrimonio especifica que cabe recurso contra el mismo en el plazo de dos meses, contados desde el día siguiente al de su publicación, que fue el pasado lunes, 6 de junio. Entonces la inclusión será definitiva.
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