«Siempre serán necesarios camiones, no se puede transportar una bobina en un dron»
Luis Ángel Pico, Corverano Ejemplar 2022 ·
Representante de la tercera generación al frente del Grupo Pico, analiza la realidad de un sector amenazado, aunque aún esencialBORJA PINO
SOLÍS.
Domingo, 4 de septiembre 2022, 01:08
De entre las muchas lecciones a extraer del último año, si una ha calado especialmente ha sido la importancia del transporte por carretera. En el ... caso de la mayoría hicieron falta una huelga del sector y una crisis de desabastecimiento para asimilarla. En cambio, Luis Ángel Pico García (Avilés, 1990) la ha entendido desde niño. Criado entre camioneros, manifiestos de carga y relatos de la ruta, el representante de la tercera generación al frente del Grupo Pico, vecino de Alvares y Corverano Ejemplar a partir del viernes ha experimentado, y aún lo hace, la realidad de un ámbito asediado por los crecientes costes, la presión medioambiental, la dureza de su naturaleza... Pero aún esencial para mantener un país con vida.
-Enhorabuena por este reconocimiento, ante todo.
-Muchas gracias, aunque quiero dejar claro un punto: este premio es tanto mío, como de mi socio, Juan Antonio Gámez. Todo el mundo dice que formamos un buen binomio, y doy fe de que es cierto. Ahora bien, para mí ha sido una alegría enorme y, sobre todo, un orgullo. Lo es que se reconozca el trabajo hecho, todo lo que te han enseñado... Y más aún si lo hace el mismo pueblo en el que naciste, donde te criaste y en el que vives. ¿Qué más puedo decir? Nunca pensé que pasaría, pero me alegro y lo agradezco.
-Hablar del Grupo Pico es hacerlo de una empresa 'gacela', con crecimientos anuales de dos dígitos. ¿Cuál es el secreto?
-En realidad, siempre ha sido así. Es verdad que hemos tenido nuestros altos y nuestro bajos, pero cada año diversificamos más nuestras actividades, y eso ayuda. Si antaño nuestro sector mayoritario ocupaba el 85% de nuestro trabajo, hoy puede que no llegue al 20%. Esa es la clave.
-Habla de diversificación, de combinar sectores. ¿En qué ámbitos se mueve hoy el grupo?
-Nos movemos en tres líneas. La principal es la del transporte por carretera; en ella, solemos tener una flota de entre 25 y 30 camiones en 'renting', y 55 remolques propios. Después está la parte de logística, porque las recientes crisis han demostrado a muchos de nuestros clientes el valor de mantener 'stocks' de sus productos para afrontar los momentos de carestía. Y, por último, gestionamos una agencia que aglutina a nuestros enganchadores.
-Cabe pensar que el número de empleados no será escaso.
-En total, damos trabajo a unas cincuenta personas, entre empleos directos e indirectos. En nómina del grupo, somos 32.
-Sin embargo, no siempre fue así. ¿Cómo se creó la empresa?
-En los años 60, gracias a mi abuelo, Abelardo Pico Cendán, y a su hermano, José. Y fue una apuesta totalmente humilde: compraron un camión a medias y, cuando uno descansaba del trabajo en Ensidesa, se echaba a la carretera. Les fue bien; compraron más camiones, luego entró mi padre, José Luis... De hecho, el crecimiento más importante empezó cuando comenzaron a trabajar con la antigua Puch y, después, con Suzuki. Llevábamos desde el tornillo que se necesitaba, hasta la moto a la tienda.
-¿Creció en ese ambiente?
-Correcto. Como sacaba malas notas, empecé lavando los camiones; luego pasé a enganchar, a cargar y descargar, a llevar el camión de la Cooperativa Avilesina... Y, al mismo tiempo, me formaba en lo necesario para este trabajo. Eso nunca me costó, lo conocía y me gustaba. Y, cuando no tenía clase, iba con mi padre en el camión. Recuerdo veranos en la cabina, viendo canales portugueses en un televisor portátil.
-Usted tomó las riendas en 2013. Un año difícil para el grupo.
-Y para la familia. En 2013 falleció mi abuelo, enfermó mi padre, cerró Suzuki... Así que me senté, respiré hondo y pensé que o se disolvía todo, o creaba una sociedad uniendo lo poco que tenía yo con lo de mi padre, y seguía el camino. Y aquí seguimos, con la filosofía de primar a las personas y, sobre todo, de crear algo duradero en el tiempo.
-¿Cómo percibe el sector?
-Se ha mejorado en lo tecnológico, pero se ha empeorado en lo humano. Ahora los camiones son más modernos, y eso es bueno, aunque haya reducido el romanticismo del oficio. Pero el paso de las nacionales a las autovías ha sido un problema. Antes parabas en cualquier pueblo de la ruta a comer, a descansar... Ahora son kilómetros y kilómetros sin encontrar un área de servicio. Se ha perdido ese acompañamiento. Eso genera más costes, obliga a dormir en el camión y hace el trabajo menos atractivo.
-¿Es, quizá, una idea fatalista?
-Bueno, hay que ir poco a poco. Asumiendo que vienen tiempos complicados, pero sin dejar de avanzar. Por suerte, por ahora no veo una alternativa viable al transporte por carretera; España no tiene aún la infraestructura para que el ferrocarril lo sustituya, y no puedes transportar una bobina con un dron. Sí creo que llegaremos a un punto de automatización, en que los camiones no requieran conductores. Ahora bien, ¿que esta modalidad desaparezca? A corto plazo, no lo veo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión