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E. RODRÍGUEZ
VALDEDIÓS.
Jueves, 1 de enero 1970
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¿Qué podemos hacer por los muertos más que recordarlos y honrarlos? La pregunta la hacía ayer Víctor Manuel Simón Algara, responsable de la Memoria Histórica de la Agrupación Socialista de Villaviciosa en Valdediós, donde a pesar de la fuerte lluvia y el intenso frío, se reunió una veintena de personas para recordar a los diecisiete trabajadores sanitarios que fueron fusilados junto al monasterio en la noche del 27 al 28 de octubre de 1937. Habían huido de los rigores del cerco a Oviedo, cuando prestaban servicio en el Hospital Psiquiátrico de La Cadellada y, tras una breve estancia en Gijón, empezaron a cuidar a los enfermos en el cenobio. Dos días antes de «uno de los episodios más repudiables de la represión», llegaron dos compañías del IV Batallón de Montaña Arapiles 7, perteneciente a la VI Brigada Navarra y aquel día los militares organizaron una noche de fiesta «a la que obligaron a ir a las enfermeras, a las que les hicieron todo tipo de barrabasadas». Los soldados ordenaron al resto del personal cavar su propia fosa antes de pegarles un tiro y arrojar allí sus restos. «No fue un acto de defensa y ataque -indicaba ayer Begoña Menéndez, secretaria de la Memoria Histórica de la Comisión Ejecutiva de la FSA-, sino que voluntariamente las tropas eligieron este momento para asesinar a estas enfermeras, que estaban cuidando de unos enfermos en un momento crítico». «Fue un acto vandálico de unas tropas que, más allá de su deber de guerra, lo que hicieron fue asesinar e imponer el terror entre la población», añadió.
Precisamente, en Bárcena de Selorio hay una inscripción en piedra que rinde tributo a estas brigadas, según señaló el alcalde, Alejandro Vega, también presente en el homenaje a las víctimas junto al monolito de Joaquín Rubio Camín. «Es algo que no se puede mantener y estamos haciendo gestiones, dentro del marco legal, para retirarla».
Se trata -manifestó- de una inscripción en piedra, situada en una finca particular y al borde de la carretera nacional 632. El Ayuntamiento hará las gestiones oportunas con la propiedad, pero también con el Ministerio de Fomento, titular de la vía, para retirar dicha inscripción y que así queden eliminados «los símbolos de la barbarie fascista y no sigan ofendiendo a la memoria de las víctimas y sus familiares». También llevará al Pleno de noviembre una iniciativa para que la Corporación exprese su rechazo a los fusilamientos de Valdediós. «La gente de izquierda hace tiempo que hemos perdonado. Llevamos 80 años recordando a aquellos que dieron su vida y, con ello, sanando heridas. Esperemos que otros sepan perdonar a sus familiares para hacer lo mismo. Para que una herida cierre, tiene que sanar por las dos orillas», concluyó Begoña Menéndez.
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