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Oviedo
Martes, 12 de diciembre 2017, 14:13
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El Grupo de Investigación en Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo ha conseguido mejorar los resultados del programa de deshabituación tabáquica y depresión, en el primer intento en España de desarrollar y evaluar un protocolo para el tratamiento integrado de ambos problemas. Según ha informado la institución académica, esta iniciativa se ha llevado a cabo ya con 146 personas y se mantiene la cifra de éxito de más del 70 por ciento de abstinencia del tabaco tras haber casi triplicado el número de pacientes respecto a 2016.
El proyecto, que se desarrolla en la Unidad de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología en Oviedo y en el centro de salud de Puerta de la Villa de Gijón, se lleva a cabo a través de protocolos realizados en ocho sesiones y sin recurrir a fármacos. Según la Universidad, desde hace décadas en el ámbito del tabaquismo y la salud mental se trabaja con un modelo de tratamiento secuencial de forma que se aborda primero la de la depresión para después intentar el abandono del consumo de tabaco.
Los datos permiten concluir que la aproximación de tratamiento se debe ofrecer de forma integrada y que, al hacerlo, la depresión remite en la mayor parte de los casos y, en caso de no hacerlo, la sintomatología depresiva se reduce de forma significativa.
El proceso se desarrolla a través de tres protocolos, que incluyen las estrategias psicológicas que se han mostrado eficaces para dejar de fumar y manejar la sintomatología propia del síndrome de abstinencia (síntomas de ansiedad, depresivos, irritabilidad, etcétera).
En los tres se trabaja con un método de reducción gradual individualizado para cada paciente y los tratamientos son grupales, con cuatro personas por grupo, pero cada paciente sigue una pauta individual a partir del nivel mostrado en la entrevista inicial con técnicas diferentes para el manejo de la depresión.
«Lo que se persigue es que recuperen el gusto y disfrute que típicamente se ve deteriorado en la depresión. Por eso se trabaja para implicarles en actividades incompatibles con fumar, que van a repercutir positivamente en la vida de las personas que acuden a nosotros para dejar de fumar», afirma el profesor Roberto Secades.
Hasta ahora 146 personas han acudido al grupo solicitando tratamiento para dejar de fumar con una edad media de 53 años y consumidores de algo más de una cajetilla de tabaco diaria.
La mayor parte son mujeres (74%) con diagnóstico de depresión o sintomatología depresiva grave y de ansiedad y el nivel de mejora es muy significativo, en términos de ansiedad y recuperación funcional y la tasa de recaídas se reduce a los tres primeros meses.
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