Los motoristas alertan de que los guardarraíles de Asturias son «como cuchillas asesinas»

Para quien conduce un coche los guardarraíles de los márgenes suponen un alivio, garantía de que en caso de despiste o pérdida del control encontrará una barrera metálica que le salve de un peor accidente. Ese quitamiedos se convierte en un «quitavidas» para las seiscientas personas que ayer se concentraron en Gijón cabalgando medio millar de motos, según cifras de la organización. Denunciaron que las vallas son unas «malditas cuchillas asesinas» y que «en lo que va de año han muerto en toda España 35 compañeros y, de ellos, dieciocho por la colisión contra el guardarraíl», según detalló Diego Menéndez, presidente de la Asociación de moteros y motoclubs de Asturias (Amma).

El colectivo lleva años alertándolo. El diseño de estas contenciones no se hizo pensando en ellos. Según la Fundación Avata de ayuda al accidentado, las primeras datan de 1972 y pueden reducir las lesiones en las salidas de vía, circunstancia que se repite en un 30% de los accidentes; el problema, según lamenta la asociación, es que la barrera contiene al coche y al autobús, pero «el conductor de la moto impacta con su cuerpo y por lo tanto hoy en día el resultado es que, o bien pasa por debajo accediendo a las zonas peligrosas que hay fuera de la calzada, o bien golpea con los postes de sujeción con consecuencias irreparables». Basta una velocidad de 30 kilómetros por hora para seccionar un miembro o fracturar la columna vertebral.

A este riesgo se enfrenta un colectivo creciente. En Asturias el parque de las dos ruedas suma 57.000 vehículos, un 18,5% más que en 2012. Hay ahora una moto por cada nueve turismos, cuando entonces se contaban cada 10,4 utilitarios. A más motos compradas, más impuestos pagados y más bajas lamentadas. En esos siete últimos años las carreteras interurbanas de la región fueron escenario del fallecimiento de 52 motoristas.

«Continuamente estamos viendo campañas de seguridad vial donde el colectivo motero no sale bien parado, siempre parece que somos los que corremos, los que no respetamos las normas pero, ¿de qué nos sirve circular con todos los sistemas de seguridad si luego nos encontramos la muerte contra un guardarraíl?», clamó Menéndez en la lectura del manifiesto. «Nosotros cumplimos nuestra parte, es hora de que la administración cumpla la suya», solicitó.

La concentración en Gijón se coordinó con la de otras ciudades del país, todo para reclamar la de sustitución de los actuales modelos de guardarraíl por otros que los propios fabricantes han diseñado y resultan menos lesivos. Dicen que el coste es de 17 euros por metro lineal, «un precio irrisorio», valoran en la Amma, donde lamentan que «en Asturias no estén cambiando ni una barrera». «Nuestra vida vale lo mismo que la del resto de usuarios», reivindicaron.