«Estamos destrozados, no puede haber nada peor que perder así a un niño»
Un pequeño de año y medio fallece por un golpe en la cabeza tras volcar en Anzas (Tineo) la carretilla en la que circulaba con su abuelo
ÁNGELA R. LANZA
ANZAS (TINEO).
Martes, 3 de mayo 2022, 03:36
Con el corazón aún encogido por la tragedia que el sábado convirtió una apacible tarde en la pesadilla de toda una humilde familia, los vecinos de Anzas, y de todo Tineo, intentan todavía asimilar la pérdida de un niño de año y medio, de la conocida familia de Casa Porcilo, que falleció el domingo a consecuencia de las graves lesiones sufridas en un fatídico accidente cerca de la casa.
«Estamos destrozados, no puede haber nada peor que perder a un niño así», acertaban a expresar los familiares más cercanos ayer a las puertas de Casa Porcilo, una ganadería de leche de la localidad de Anzás, muy cerca de Bárzana de Monasterio. Y es que el pequeño, que residía con sus padres en Oviedo, se encontraba en Anzas «de fin de semana», cuando montado con su abuelo en una carretilla tipo Manitou -de cuatro ruedas, con palas hidráulicas de traspalé, utilizada habitualmente en las labores del campo como una suerte de 'toro' multiusos- sufrió un fuerte traumatismo en la cabeza al volcar el vehículo.
«Sentimos un ruido fuerte y salimos a ver qué pasaba. La carretilla volcó totalmente. Creo que pudieron distraerse mirando unos pájaros tranquilamente, y se salieron de la vía», relató uno de los vecinos más cercanos que avisó al servicio de emergencias. «Muchas veces iban los dos así por aquí, cerca de la casa a ver unos caballos... y de pronto un día, sin más, todo se da la vuelta y se acaba. Es una pena enorme, una tragedia», añadieron los vecinos de las ganaderías cercanas, que en todo momento quisieron mostrar su cariño y solidaridad a la familia de Casa Porcilo.
Tras el accidente, la Guardia Civil y el Servicio de Asistencia Médica de Urgencias (SAMU) llegaron a Anzas, hallando al menor en una crítica situación que requirió movilizar al helicóptero del 112. Trasladado entonces de urgencia al HUCA, donde quedó ingresado esa noche por el severo traumatismo, el pequeño no logró superar finalmente las graves lesiones sufridas.
Una despedida íntima para respetar el dolor de toda una familia
Los progenitores del pequeño, junto al resto de familiares y amigos más íntimos, despidieron ayer por la tarde a su único hijo, de año y medio, en un ambiente recogido, marcado, inevitablemente, por un profundo dolor. Los restos del pequeño serán incinerados, en la intimidad familiar, mientras fuentes cercanas aseguran que algunos órganos del pequeño podrían haber entrado en el programa nacional de donaciones, en un generoso acto de la familia. Desde cada rincón de Tineo, vecinos y conocidos hicieron llegar sinceras condolencias, compartiendo con la familia el dolor de despedir «a un angelín» que, sin duda, se marcha, para todos, «terriblemente pronto».
«Creímos que al ser tan pequeño podría recuperarse, pero tenía el cerebro muy inflamado», explica sin consuelo su familia.
El conductor del vehículo -un hombre «recién jubilado», abuelo del menor y de otros tres nietos-, fue atendido, asimismo, por los médicos en el Hospital Carmen y Severo Ochoa, en Cangas del Narcea, por lesiones de menor entidad y por un episodio de ansiedad. Aunque desde ayer se encuentra ya en su casa de Anzas, la familia reconoce que está inmensamente afectado y «psicológicamente destrozado».
«Es una desgracia tremenda que le pase algo así a una criatura tan pequeña. Lo sentimos muchísimo por él y por la familia, que son personas muy queridas en este concejo» afirmó el alcalde de Tineo, José Ramón Feito, ante la devastadora noticia que sume en un profundo dolor a toda una comunidad.
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Y es que la familia de Casa Porcilo regenta una de las explotaciones ganaderas más conocidas en la zona, siendo participante habitual de los certámenes de ganado de la región. De hecho, la jornada de sábado comenzó festiva, ante la reunión de la familia en la feria ganadera que se celebraba en la villa en el marco de la tradicional Feria de Muestras. Por su parte, la madre del pequeño fallecido es profesora en un centro educativo de la capital, mientras el padre del pequeño, -nacido en Casa Porcilo y uno de los tres hijos del conductor de la carretilla- trabaja en la división de piensos del grupo de la Central Lechera, la Sociedad Asturiana de Servicios Agropecuarios (ASA).
Una «casa de trabajo», en resumen, que, como tantas otras en los cada vez más vacíos pueblos del Occidente asturiano, rebosaba de alegría con cada llegada de los pequeños. «Es una verdadera tragedia, lo peor en estas situaciones es el dolor que queda en todos» reconocen los vecinos, con inmenso respeto al duro momento que atraviesa la familia tinetense.