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CHELO TUYA
COVADONGA.
Lunes, 4 de diciembre 2017, 02:03
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«La gaita parecía que me sonaba por dentro. Ha sido emocionante». Inés no es una acreditada crítica musical. De hecho, aún está en edad escolar. Sin embargo, ayer fue una de las más de medio millar de personas a las que no les importó el frío, 9 grados marcaba un termómetro cercano, ni la variada programación navideña que para el primer domingo de diciembre dispone ya la región. Inés fue con su hermano, de cuatro años, y su padre a participar del «estreno absoluto», según se podía leer en el programa, del concierto 'Misa en honor a la Virgen de Covadonga'. El proyecto musical del compositor Guillermo Martínez y del letrista José Antonio Olivar con el que arrancan los actos conmemorativos del centenario de la coronación canónica de la patrona de Asturias.
Un proyecto al que pone voz la soprano Tina Gutiérrez. La directora de la Fundación Don Pelayo, que celebra 25 años como intérprete, compartió protagonismo vocal con la Escolanía de Covadonga, cuyos jóvenes cantores convirtieron el Agnus Dei en uno de los momentos más emotivos del acto.
El Agnus Dei es la séptima del total de diez piezas que conforman la misa cantada, que concluye con el Himno Oficial de Covadonga, con letra de Restituto del Valle y música de Sagastizábal. Más de una hora de concierto que ya está disponible a la venta tanto como cedé como en formato libro cedé. Este último está prologado por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y cuenta con una oración a la Santina de la escritora asturiana María Teresa Álvarez.
Antes del inicio del concierto, ya el propio Sanz Montes daba por seguro su éxito. «Bendito concierto, que en el pentagrama de la vida pone la música del agradecimiento y la letra de la alegría». Un agradecimiento que, explicó, está tras esta cita musical. «Se ponen notas inéditas para la acción de gracias por antonomasia: la santa misa».
Unas palabras tras las cual el arzobispo cedió su lugar habitual en la basílica, el altar, a la Escolanía de Covadonga. Porque Sanz Montes fue ayer uno más de los asistentes al concierto. En una basílica hasta la bandera, con más de medio millar de asistentes que hicieron más de media hora de cola para acceder al recinto, se encontraba el director general de Comercio y Turismo, Julio González Zapico, y la abuela de la Reina, Menchu Álvarez del Valle, así como el abad de Covadonga, Adolfo Mariño.
A pesar de la calma de la que siempre hace gala el anfitrión, al que fuera arcipreste de Gijón se le notaba ayer el nervio ante el estreno. Mariño acompañaba con el pie cada movimiento de batuta de Yuri Nasushkin, el director de la orquesta Ensemble Ars Mundi que pone la música al concierto, mientras que silabeaba con los chavales de la Escolanía tanto el Agnus Dei como el Canto Final.
Los casi cinco minutos de aplausos con los que el público cerró el concierto despejaron por completo los nervios del abad de Covadonga, que se fundió en un emotivo abrazo con el autor, Guillermo Martínez, antiguo cantante de la Escolanía de Covadonga. En la ovación, fue protagonista la solista de violín Valeria Zorina, que enmudeció, aún más, al auditorio durante su Consecrattio. Tras la cita de ayer, Covadonga será escenario protagonista durante todo 2018, con numerosos actos tanto por el Año Jubilar como por el centenario de la coronación de la Santina. La música la coronó ayer.
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