«Necesitamos una sala como la de la Casa de Campo, para juicios grandes»

-Tras casi un año de pandemia seguimos con resoluciones que se publican de un día a otro. ¿Arrastran esos textos improvisación o están mejor fundados?

-La seguridad jurídica es un principio constitucional que sufre cuando se hace legislación motorizada. La normativa tributaria cambia cada año, pero esto cambia cada semana o día e impide tener un conocimiento cabal de ella, pero está justificado si es en aras de la protección de la salud.

-¿Qué pueden hacer ustedes?

-Velar para que los juzgados estén en perfecto estado de revista para cuando se recurren. Estamos actuando con especial eficacia, dictando autos 48 horas después de que queden vistos para sentencia. Hay un sentimiento en los jueces de que no somos los que debemos administrar medidas que limitan derechos fundamentales para proteger la salud. No se puede hacer descansar en los jueces la última responsabilidad en la gestión sanitaria.

-En Asturias van dos sentencias revocando multas por saltarse el estado de alarma...

-Como son multas de menos de 60.000 euros, la doctrina la crean los juzgados al no haber recurso ante el TSJA. Las dos sentencias no derrumban la arquitectura sobre la que se está ejerciendo la potestad sancionadora, solo que en esos casos concretos no había reproche de culpabilidad.

-Temían una avalancha de causas tras el confinamiento.

-No la hemos detectado, al contrario, desde noviembre estamos al día, se ha recuperado la situación de marzo.

-Tomó posesión hace algo más de un año. ¿Cuál es su balance?

-Tengo la satisfacción de haber contribuido a gestionar el funcionamiento del Poder Judicial durante diez meses muy complicados, y la frustración de no haber podido desplegar mi proyecto.

-¿Por ejemplo?

-Tenemos en pañales un convenio con la Universidad. Los jueces podemos aportar mucho a la formación de los futuros juristas. Deberíamos institucionalizar una relación fluida para que alumnos de grado, postgrado o máster vengan, en pequeños grupos, y puedan seguir todo un proceso.

-¿Qué más le falta?

-Intensificamos la coordinación interna y externa, pero tenía ideas para dar una imagen más cercana de los jueces. Potenciamos la transparencia y la gente puede consultar mi agenda, pero nos faltan cosas. Quería visitar todos los órganos judiciales de Asturias y solo pude ver Oviedo y Gijón.

-¿Encontró carencias?

-Sí. En mi proyecto está buscar salas para celebrar juicios con muchas partes, como en Madrid la Casa de Campo. La necesitamos y ahora urge más aún. En diciembre cerramos una comisión con el Principado, donde agradezco que vino su presidente; les pedimos un plan de infraestructuras porque hay muchos sitios donde estamos muy mal.

-Cite ejemplos.

-Hemos abierto el juzgado de Luarca, pero con el mobiliario carcomido del anterior. Langreo está mal, no hay ventilación en la sala de juicios. En Pravia seguimos en el bajo del Ayuntamiento, Laviana no responde a las expectativas, el edificio de Cangas del Narcea tiene más de 40 años y problemas de calefacción, Mieres es nuevo y ya obsoleto. En Oviedo tenemos que unificar las sedes.

-¿Hacen falta más órganos?

-En Oviedo y Gijón con datos de 2019 necesitamos un juzgado más de primera instancia en cada uno. En Avilés otro para separar Primera Instancia e Instrucción.

-¿Aún se le cuelga el ordenador?

-Sí. La digitalización es fundamental, pero con medios adecuados, formación, y una implantación gradual. La semana pasada de cinco días cuatro estuvo caído el sistema de firma digital, por lo que no se podía notificar.

-Cuando habla el Principado, parece que estamos ante una Justicia más moderna...

-Se hacen esfuerzos, pero la informatización debe ser integral. En los Juzgados de Menores y de Vigilancia Penitenciaria se ha tenido que gastar dinero para escanear expedientes que vienen del Principado. A nosotros nos ponen unas exigencias de digitalización que nuestros clientes ,y nuestro mayor cliente es el Principado, no cumplen.

-Un año. ¿Se lo imaginaba así?

-Conocía lo que era ser presidente de TSJ, pero llegó la pandemia. Hubo días en que estuve en este palacio trabajando solo, con un guardia civil en el acceso. Recuerdo una mañana en la que teníamos un auto de libertad para un preso, y no habían mascarillas ni funcionarios del Juzgado de Paz de Llanera para ir al centro penitenciario a notificar esa libertad; eso pasó y al final de la mañana lo conseguimos solucionar con llamadas que tuve que hacer.

-¿Cómo interrogaron?

-Querías hacerlo de manera telemática pero el sistema de las comisarías y el del juzgado son incompatibles. Se traía al detenido a la sede judicial y se hacía telemáticamente, con el juez en una sala y el detenido en otra. Tuvimos juzgados donde todos se contagiaron, como el de Llanes...

-¿Cómo lo resolvieron?

-Mandando a personal de Cangas de Onís y creando un sistema de sustitución universal, por el cual si cae ese hay otro que le releve, y así sucesivamente para tener siempre alguien.

-¿Qué otras situaciones vivió?

-Hubo momentos en los que estaban cerrados los puntos de encuentro, el sitio donde los padres que no tienen relación entregan a sus hijos. No había dónde dejarlos. También las salas de autopsia se encontraron con que tenían que atender un cuerpo que sufre muerte violenta pero hay sospecha de covid...

-¿Le ha cambiado este año?

-A nivel personal, tengo muchas ganas de ejercer mis derechos con plenitud, ir y venir con libertad. A nivel profesional, demostramos al ciudadano que estamos aquí, atendiendo sus derechos y creo que es importante reconocer a los jueces por lograrlo.