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Sheyla Suárez, expresidenta del Conseyu de Mocedá. ÁLEX PIÑA
«Hay 'ninis' de todas las edades. Es un insulto etiquetar así a los jóvenes»

«Hay 'ninis' de todas las edades. Es un insulto etiquetar así a los jóvenes»

Sheyla Suárez Expresidenta del Conseyu de Mocedá d'Asturies: «Los consejos juveniles no son chiringuitos. Los cargos no tienen sueldo y no hay enchufes. Quien dice lo contrario, lo hace por desconocimiento»

CHELO TUYA

OVIEDO.

Domingo, 13 de mayo 2018, 03:40

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No se siente un ejemplo. Cree que, entre una juventud marcada con la etiqueta que resume en 'ninis', lo de 'ni estudia ni trabaja', hay muchas historias iguales a la suya. Cree que, como ella, muchos jóvenes han trabajado para pagarse los estudios. Que, como ella, muchos veinteañeros se encerraron para defender su empleo. Que, como ella, muchas madres jóvenes sacan adelante a sus hijas en solitario después de que una tragedia les arrebatara a su compañero de vida. Y que, como ella, muchos dejan Asturias en busca de un futuro mejor. No se siente un ejemplo Sheyla Suárez (El Entrego, 1986) porque cree la expresidenta del Conseyu de Mocedá d'Asturies que hay muchos más 'ninis' mayores que jóvenes.

-¿A los 31 años se es joven?

-(Risas) Según la Unión Europea, hasta los 35. En España, hasta los 30. Yo creo eres joven mientras tengas espíritu joven.

-Si es por espíritu, ¿a los 60 se puede presidir un consejo juvenil?

-(Risas) En el Conseyu tenemos el límite en los 30 años. A mí me pilló el cambio de directiva, el pasado 7 de abril, con los 31 cumplidos.

-El Conseyu de Mocedá, ¿es un chiringuito o una mamandurria?

-(Risas) Hace poco El Club de los Viernes nos llamó chiringuito...

-¿Por qué?

-No les gustó un estudio que presentamos sobre la juventud ovetense. Creo que pocos organismos como el Conseyu son tan transparentes. Aquí todo el mundo puede ver lo que hacemos, los ingresos que tenemos y a qué lo dedicamos.

-¿Qué presupuesto maneja?

-El presupuesto anual son 343.000 euros, cifra en la que se incluyen los gastos comunes y de personal. Hay cinco personas en plantilla.

-¿No cobra la presidenta?

-No. No cobra nadie de la ejecutiva. Nos pagan las dietas si hay algún gasto de representación, pero yo vivo de mi trabajo.

-¿Que logró con enchufe?

-(Risas) Que logré trabajando mucho. Estudié Programación de Informática y cuando acabé la carrera me hice la ruta de los currículos: trabajé de azafata, de becaria, fui de las afectadas por Venturo XXI, de hecho, me llegué a encerrar en el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio. Hice de todo hasta encontrar mi puesto actual. De verdad que los consejos son entidades muy transparentes: los cargos no tenemos sueldos. No hay enchufes. Quien nos llama chiringuito lo hace desde el desconocimiento. Les invito a que pasen por los consejos y los conozcan.

-Dice que estudió Programación de Informática. ¿Tiene el título?

-(Risas) Lo tengo, lo tengo.

-¿Qué le parece lo del máster de Cristina Cifuentes?

-Quiero ser prudente, porque hay una investigación abierta. Pero, con el dinero y el esfuerzo que conlleva estudiar, lo del máster de Cifuentes me da pena. Pienso en los que tienen que abandonar los estudios por falta de recursos y me parece una falta de respeto para ellos.

Ley de Juventud

-En el Conseyu hay representantes de partidos, sindicatos y asociaciones ¿Las broncas son tan gordas como las de los mayores?

-(Risas) No, tengo que decir que estos tres años han sido de plena armonía, sin faltas de respeto. Nunca viví ningún conflicto a destacar. Ya podían aprender los mayores.

-¿Cómo lo logran?

-Con respeto. Está claro que aquí hay representantes de muchas ideologías y que hay temas que gustan a unos más que a otros. Pero se respeta el resultado de las votaciones. Admiro y respeto a los representantes del PP, por ejemplo, que siempre han acatado las votaciones.

-¿Qué herencia le deja a su sustituto, Álvaro Granda?

-(Risas) Al todavía presidente del Conseyu de Mocedá de Xixón, que compatibilizará el cargo hasta su asamblea, le dejo mucho trabajo... Queda la Ley de Juventud, ya en la Junta y pendiente de debate, el proyecto de colaboración la Fiscalía en materia de violencia y otro contra el juego 'online'.

-Por partes. Esa Ley de Juventud, ¿qué supondrá?

-Cuando se apruebe, que aún no se sabe cuándo será, supondrá englobar todas las políticas de juventud y decretos que hoy están en el aire, afianza el papel de los consejos de los que hemos cambiado los estatutos, porque el mundo asociativo no es como hace treinta años.

-Usted fue presidenta por CC OO. Su sustituto, por Arroba Xixón. ¿Las entidades juveniles deben recuperar el espacio que les 'robaron' partidos y sindicatos?

-Es que, en su día, las secciones de juventud de partidos y sindicatos teníamos más representantes que las entidades juveniles. Ahora hay un equilibrio. Los partidos políticos deben dar un paso atrás para que las entidades sociales sean las que lleven los organismos. Realmente son las que representan a los jóvenes.

-¿Lo dice porque se va? Porque usted representó a CC OO.

-(Risas) Lo digo porque lo creo. A Comisiones Obreras tengo mucho que agradecerle. Soy una afiliada tardía, lo hice tras el apoyo que nos dieron cuando la crisis de Venturo XXI. Fue una etapa de aprendizaje, pero muy dura. Éramos una empresa del sector servicios, con plantilla de mayoría mujeres y que quedamos sin trabajo y sin sueldo de un día a otro.

-¿Qué requisitos hay que tener para entrar en el Conseyu?

-Para ser entidad miembro de pleno derecho tener representación en tres municipios, como mínimo, y actividad demostrable. Ahora somos cuarenta y tres entidades de pleno derecho y tres observadoras.

-En su herencia, enumeraba también el acuerdo con Fiscalía.

-Sí, trabajamos con ellos en materia de acoso y de violencia de género. Nos preocupa mucho lo que nos dicen las estadísticas: que la violencia de género crece entre los más jóvenes. Tenemos casos en críos de once años. Hay que educar en igualdad.

-¿No son ustedes la generación mejor formada?

-Siempre digo que una cosa es tener estudios y otra ser persona. Hace falta educar en igualdad, insisto. Quizá menos materia lectiva y más asignaturas como la de Ciudadanía. Ojo, que no hablo solo de los centros escolares. También las familias debemos analizar qué estamos haciendo.

Ley Mordaza

-¿Análisis desde el sofá? Se acusa a los jóvenes de hacer la guerra desde las redes sociales, pero sin salir.

-Lo dicen y no es verdad. Sabemos que nuestros mayores lucharon mucho y yo lo agradezco y veo lo que hicieron con mucho respeto. Pero cuando nos dicen que tenemos que salir, que estamos dormidos, digo que no es verdad, pelear es más difícil ahora.

-¿Por qué?

-Lo primero, porque para luchar hay que estar organizado y, estarlo hoy dentro de un centro de trabajo es casi imposible. Hablamos de empleos temporales, precariedad.. No es como antes, que había una gran masa obrera en un mismo centro. También discrepo de que ahora haya más alcohol o droga que antes.

-Quizá ahora tienen el foco de las redes sociales.

-Exacto, las redes aceleran más a la sociedad, tanto para bien como para mal. Es un fenómeno que marca el día a día. Es difícil controlar.

-¿La Ley Mordaza es un problema?

-Por supuesto. Por cantar un rap acabas en la cárcel. En el ámbito laboral hay más de 300 personas imputadas en toda España. Y no hablamos de piquetes conflictivos, sino por el mero derecho a huelga. Se ha metido el miedo a la gente que era el objetivo de esta ley.

-Y pese a ello, el 8M fue histórico.

-Fue un antes y un después. Lo viví muy de cerca. Creo que ese día quedó en casa el miedo. Me gustó, sobre todo, que salimos juntos hombres y mujeres para demostrar que todos estamos hartos de la desigualdad y la violencia.

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