La UNESCO se fija en Viavélez

La declaración del puerto de Viavélez (El Franco) como Bien de Interés Cultural (BIC) ha recibido el apoyo del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo asesor de la UNESCO en la evaluación y defensa del patrimonio cultural mundial. La asociación de vecinos Santo Ángel de Viavélez, impulsora del proceso, ha hecho público el informe de esta entidad en la que se considera «de justicia que, dados los valores del puerto de Viavélez, se incoe el expediente para su inscripción con BIC en la categoría de conjunto histórico».

El organismo internacional destaca su interés técnico y etnográfico y el ser reflejo de un testimonio tanto de actividades industriales desaparecidas como de la continuidad de la actividad pesquera, además de «un ejemplo singular de la adaptación del género humano a un medio natural difícil». De hecho, continúa el documento que firma el Comité Nacional Español de ICOMOS, «el puerto de Viavélez es un equipamiento, indisoluble de un asentamiento humano, que ofrece no solo uno de los mejores ejemplos portuarios, sino el mejor del Principado de Asturias, tanto en términos de autenticidad como de integridad». Tanto el informe del ICOMOS como la memoria presentada por la asociación vecinal ponen de relieve los aspectos materiales que hacen al puerto merecedor de esta distinción como los muelles, amarres y otras estructuras constructivas de carácter defensivo, «testimonio de la artillería decimonónica» o los restos de un astillero, «testigo de la antigua carpintería de ribera».

Al gran valor paisajístico que rodea el puerto, suman también el que se trata del principal elemento identitario de la población de Viavélez, del que destaca la antigua estructura de amarre denominada 'El Asno', «que constituye un símbolo afectivo y colectivo mucho más importante por su valor inmaterial». La asociación Santo Ángel confía en que el informe sirva para impulsar la declaración y agilizar el proceso. No obstante, la iniciativa también ha encontrado el rechazo de varios colectivos locales, entre ellos la cofradía de pescadores, que entienden que «supondría limitaciones, retrasos, trabas administrativas e impedimentos ante cualquier actividad» que hubiera que realizar en la zona.